¿Cómo son sus orígenes en el mundo de la restauración? 

En el 2007 dejé atrás el mundo de la distribución de bebidas, que de alguna manera tiene un vínculo, y me animé con el mundo de la restauración, empezando con un restaurante japonés.

¿Cuál es la clave para ofrecer un buen servicio?

Tener un buen equipo, donde prevalezca la motivación, la responsabilidad y el compromiso. Todo esto se transmite al cliente consiguiendo una buena atención y un buen servicio.

¿Cómo ve el futuro de la restauración post-covid?

Me da la impresión de que este año será un año de transición y de resistir. Pero si todo sigue su cauce de manera positiva, el año que viene puede ser muy bueno! La gente querrá recuperar “el tiempo perdido” y volver a disfrutar de algo tan sencillo y satisfactorio como sentarte en una terraza, disfrutar y compartir.

¿Y la espectacularización de la gastronomía en estos últimos años?

Tiene una parte positiva. Y es que ayuda a que la gente tenga más conocimiento de lo que hay detrás de unos fogones. La negativa, desde mi punto de vista, es que acaben convirtiéndolo en un “reality” desviando la atención y convirtiéndolo en un culebrón. 

¿Qué valor se ha de dar a las opiniones negativas de los clientes, por ejemplo en Trip Advisor?

Aunque en ocasiones se abuse de poca objetividad, nosotros siempre intentamos sacar un valor positivo a las críticas ya que en muchas ocasiones son constructivas.