'Repostero y chef': una comedia culinaria francesa a la que le falta sal

'Repostero y chef' es una de esas comedias francesas concebidas con una voluntad firme y clara de llegar al público. Con el añadido, además, de pertenecer a un subgénero que suele ser muy efectivo: el cine culinario. No hay que subestimar la efectividad de propuestas así. No es fácil concebir una buena comedia mainstream, con personajes carismáticos, conflictos y peripecias adictivos y una buena gestión de las emociones.

Basada en la historia real del cocinero francés Yazid Ichemrahen, Repostero y chef persigue esa eficacia, pero la alcanza a medias. Con una estructura basada en el salto temporal (alterna varias etapas de la vida del protagonista), la película de Sébastien Tulard es muy sólida en la descripción de los personajes en sus distintas etapas vitales. Hay algún desajuste emocional, pero por lo general expone muy bien sus conflictos. Es especialmente conmovedora la narración de la adolescencia del protagonista en centros de acogida, la exposición de cómo varía su visión de la familia y, sobre todo, su fuerte sentido de la amistad. Sin embargo –y paradójicamente– no es tan inspirada en el relato central: el ascenso del protagonista a la excelencia culinaria a base de tesón y de amor por la repostería. La descripción de la trastienda (y los roles internos) de las cocinas de prestigio, los rituales culinarios o un concurso de cocina se sienten algo artificiales.