Joaquin Phoenix es un actor intenso, una de las personalidades más peculiares de Hollywood. A veces locuaz, otras huraño, guarda celosamente su vida privada, pero confiesa que elige los papeles porque siente como si se enamorara de ellos y que lo mismo le pasa con algunos directores.

Encontrarse con él para una entrevista siempre es una sorpresa, porque es tan capaz de llegar feliz y verborrágico como de mostrarse ausente y contestar con evasivas. Pero si Joaquin Phoenix es una incógnita en persona, no lo es cuando se analiza su vasta y apabullante carrera. Quien comenzó actuando siendo niño junto a sus hermanos, River, Rain, Liberty y Summer, en la época en que se hacía llamar Leaf, fue transformándose con los años en uno de los intérpretes más complejos y profundos de la actualidad. La academia ha reconocido ese talento con tres nominaciones al Oscar, por Gladiator, En la cuerda floja y The Master, películas por las que también fue candidato al Globo de Oro (que ganó con el segundo de estos filmes, por su precisa transformación en Johnny Cash), y a las que sumó otras dos nominaciones por sus filmes más recientes, la brillante Her de Spike Jonze y Puro vicio, su segunda colaboración con Paul Thomas Anderson y que ahora llega a la cartelera española.

Protagonista de una vida que daría para una película, el nativo de Río Piedras (Puerto Rico) ha logrado esconder del acoso de la prensa su vida personal. Junto a su cuñado, Casey Affleck, logró engañar a Hollywood cuando en el 2008 anunció que abandonaba la actuación para convertirse en rapero, simplemente como parte de un experimento que se transformó en la primera película de Casey como director, I´m Still Here. Y lo volvió a hacer cuando anunció en el popular programa de David Letterman a finales del año pasado que se había comprometido con su profesora de yoga. Aunque nadie sepa realmente quién es este hombre de 40 años cuando se quita la máscara, nadie discute que es un placer verle trabajar. Y todavía, quizás, nos falte ver lo mejor, ya que en julio llegará a los cines de Estados Unidos su primer papel protagonista para Woody Allen, Irrational Man, donde comparte cartel con Emma Stone.

¿A la hora de elegir un proyecto piensa de qué modo puede sorprender a la ­audiencia?

No, en absoluto. Tengo que admitir que soy bastante egoísta. Nunca pienso en la audiencia. La verdad es que no se por qué tomo las decisiones que tomo. Me encantaría poder entenderlo mejor para poder darte una respuesta apropiada. Por lo general, me siento a leer un guión y me genera cierta emoción. De alguna manera es similar a cuando te enamoras. No es algo que uno entienda racionalmente. Lo tienes que experimentar para poder saber de qué se trata, pero una vez que has dado con un proyecto que te conmueve, la atracción es verdaderamente irresistible.

En Puro vicio aparece en casi todas las escenas de la película...

Lo siento mucho...

¿Prefiere que sea así o se le hizo muy pesado?

No. A mí me gusta trabajar todo el tiempo. Una vez que estoy involucrado en un proyecto, detesto tener días libres. Cuando estoy metido en la piel de un personaje, los fines de semana se me vuelven interminables. Con Paul (Thomas Anderson) pasábamos el tiempo hablando sobre cómo nos hubiese gustado seguir filmando sin parar hasta que se terminara el rodaje. Me sorprenden los actores que pueden filmar durante un par de días, marcharse durante una semana y luego volver como si nada a continuar con su papel. A mí me parece extraordinariamente difícil volver a conectarme con el personaje una vez que he vuelto a ser yo mismo.

¿Siempre se ha sentido así?

Sí. Pero hubo ocasiones en las que no había otra opción. Fueron muchos los proyectos en los que no me dieron la posibilidad de trabajar todos los días. Además, en esta profesión, uno comienza haciendo papeles de reparto. Recuerdo que en Gladiator trabajé durante las primeras semanas y luego me mandaron a casa durante más de 20 días. Cuando volví, me resultó muy difícil convertirme otra vez en Cómodo.

¿Cómo se llevó con Paul Thomas Anderson en esta segunda ocasión?

Cualquiera que trabaje con Paul se va a llevar maravillosamente bien con él. Siempre invita a todo el mundo a participar, es muy cálido y piensa en todo. Trabajar con un director es también como enamorarte de alguien. Todo el tiempo estás atento a él, y de la misma manera, me resulta difícil de explicar por qué es así. Simplemente puedo argumentar que me encanta su manera de ser y la forma en la que ve el mundo. Y en el plató, siempre está buscando algo nuevo para agregar. En un rodaje, como tienes tan poco tiempo y todo cuesta mucho dinero, por lo general los directores son muy rígidos y tratan de que nada se desvíe de como ellos creen que tiene que ser la escena. Pero Paul es verdaderamente distinto porque siempre está buscando qué más puede pasar en una toma. Todo el tiempo dice que hay algo que todavía no hemos descubierto y nos pide que lo investiguemos. A mí me encanta esa forma de trabajar. Hace que todo el mundo siga buscando cosas cuando actúa, tratando de encontrar algo inesperado.

¿Eso quiere decir que todo es improvisado en este filme?

No. Yo hice todo lo posible por mantener mi fidelidad al guión y al libro. Una de las cosas más difíciles cuando adaptas una novela al cine es que allí hay diálogos que son verdaderamente imperdibles y que quisieras conservar. Cada palabra escrita por Thomas Pynchon es maravillosa. Pero recuerdo haber tratado de mantener sus diálogos en una escena sin cambiar una palabra y simplemente no quedaba bien.

¿Se siente más cómodo consigo mismo que cuando filmó En la cuerda floja?

No lo sé. Me siento muy incómodo en este momento teniendo que responder esta pregunta...

¿Qué tal si le pregunto cómo fue volver a trabajar con Reese Witherspoon?

Así es mucho más fácil. A mí me encanta trabajar con ella. Fue muy curioso porque cuando nos volvimos a encontrar en el plató de Puro vicio habían pasado 10 años desde que rodamos En la cuerda floja, pero entre nosotros fue como si nada hubiese cambiado.

¿Cree que en Hollywood se triunfa con persistencia o con suerte?

Con un poco de las dos cosas. Yo no creo que baste con que uno tenga suerte. La persistencia y el trabajo duro son imprescindibles. En los inicios de mi carrera yo tuve mucha suerte con Todo por un sueño. Era un gran papel, un muy buen director (Gus Van Sant) y estaba rodeado de brillantes actores, pero luego tuve que trabajar muy duro para mantener mi lugar en la industria.

Estuvo a punto de participar en una película de Marvel. ¿Cuán cerca quedó de que le dieran el papel del doctor Strange?

Eso habría que preguntárselo a Marvel...

¿No hubiese sido una elección extraña para usted?

No, porque a mí me gustan todo tipo de películas. Sé que generalmente hago dramas, que suelen ser independientes, pero a mí lo que me interesan son los buenos personajes, las grandes ideas y los directores de primer nivel. Marvel ha hecho muy buenas películas. A mí me encantaron Iron Man y Guardianes de la galaxia. Creo que les sale muy bien lo que hacen. Y las películas de superhéroes son las versiones del siglo XXI de aquellos maravillosos filmes de kung-fu con los que yo crecí.

¿Qué le gusta hacer cuando no está ­actuando?

No es un tema del que me guste hablar. La gente puede pensar que estoy ocultando algo, pero la verdad es que se habla demasiado de ti cuando eres actor, y eso es algo sobre lo que no tengo control. Por eso prefiero guardarme toda esa información para mí. Sólo voy a decir que llevo una vida muy simple y muy tranquila. De verdad, no tengo nada espectacular para revelar.

Al menos, ¿le gusta ver cine?

Muy poco. Me avergüenza reconocer que no veo demasiadas películas, y cuando veo algo, por lo general son comedias tontas. Hubo una época en la que me resistía a ver dramas porque temía que me influenciara el trabajo de otros actores. Ahora me lo tomo de otra manera, porque una gran interpretación es algo que me estimula mucho. Pero mis gustos cinematográficos son ciertamente raros. Mucha gente se ha reído de mí porque he dicho que me encantó Adam Sandler en Jack y su gemela, sobre todo cuando hace de Jill...

¿Lo dice en serio? Nunca se sabe cuándo está usted bromeando...

Lo digo en serio. La suya fue una gran interpretación. Se comprometió con el papel y lo hizo muy bien. Creo que el resultado del filme hubiera sido muy diferente con una iluminación distinta, con otro montaje y otra música, pero lo que hizo él en la película fue muy bueno.

Nació en Puerto Rico y de adolescente viajó por América Latina. ¿Cómo le va con el castellano?

Ya no lo hablo. Es que he perdido la práctica. En realidad, nunca llegué a hablarlo con verdadera fluidez. Estuve muy cerca de lograrlo, pero luego, cuando regresé a Estados Unidos, lo dejé por completo y ahora lo he olvidado. O mejor dicho, cuando lo hablo, tengo un acento muy gringo y no me gusta.

¿Cuál ha sido el impacto en usted de ese tiempo que pasó allí?

Positivo, claro. La verdad es que me fui de Puerto Rico cuando tenía dos años, por lo que no recuerdo nada de esa época, y ­luego viajé a México cuando tenía 15 o 16 años, y me quedé allí durante seis meses. Fue una etapa asombrosa, porque en Estados ­Unidos todo el mundo está obsesionado con la seguridad y en cambio allí estaba en una comunidad en la que no existía esa paranoia. Y a lo largo de los años he viajado mucho por América Latina. Regresé a México, y también estuve en Guatemala y en Panamá.

Pasó de llamarse Joaquin a Leaf (hoja), y luego volvió a usar su nombre legal. ¿Cuál fue la razón?

Me cambié el nombre a Leaf porque acababa de regresar a Estados Unidos y nadie lo podía pronunciar. Todos mis amigos tenían nombres hermosos y a mí me había tocado Joaquin. Así que me lo cambié. Pero en mi adolescencia, cuando fui con mi padre a México, era mucho más sencillo que me llamaran Joaquín. Traté de traducirlo, y el resultado fue ridículo. No hay nadie allí que se llame "hoja", y además todo el mundo se confundía con "ajo". Básicamente iba por allí diciendo "mi nombre es ajo", y todos se reían. En realidad fue mi hermano, River, el que me insistió para que lo volviese a cambiar. Él pensaba que era un nombre muy bonito, y finalmente le hice caso...