Cuando acudimos a un buffet libre, tendemos a consumir grandes cantidades de alimentos a diferencia de las que solemos ingerir cuando estamos en casa. A veces sentimos que debemos “amortizar” el precio que ya hemos pagado y nos lanzamos a comer muchos más platos de lo que estamos acostumbrados en nuestro día a día.

Por este motivo, el buffet libre es un gran reclamo en hostelería y en el sector hotelero, sobre todo en la época de vacaciones. Ya sea desayuno, almuerzo o cena, "todo incluido" significa que los clientes tienen un amplio abanico de posibilidades bajo un mismo precio, que ya han pagado. Esta técnica, aunque pueda parecer un agujero económico para los hoteles, es todo lo contrario.

¿Cómo ahorran los hoteles al ofrecer buffet libre?

Uno de los aspectos más importantes es que el restaurante puede ahorrarse ciertos costes. Es el caso del personal, pues lo platos preparados requieren de un equipo muy básico, formado por cocineros y evitando figuras como la del camarero.

The Hustle analizó los precios de 30 buffets de Estados Unidos, teniendo en cuenta para el estudio factores como la localización, el tamaño del buffet, la hora a la que ofrecen la comida o la edad de los clientes. De esta forma, lograron realizar un cálculo del margen aproximado que ganan este tipo de negocios. Además, los clientes no llegan a consumir tanto como creemos por una cuestión lógica: los límites fisiológicos.

También echan mano de la forma en la que disponen los alimentos: los productos más baratos suelen ocupar la primera fila, la más visible, pues es a la que tienden los clientes a la hora de seleccionar cualquier comida.

¿Por qué sentimos la necesidad de comer tanto en un buffet libre?

Este tipo de estímulos no dejan de ser "una llamada a nuestro cerebro más primigenio, el cerebro límbico, que sabe que la alimentación es una de nuestras principales necesidades", explica Pere Navalles, director del Máster de Neuromarketing de la UAB.

Cuando acudimos a un buffet libre, tendemos a consumir grandes cantidades de alimentos a diferencia de las que solemos ingerir cuando estamos en casa. A veces nos sentimos que debemos “amortizar” el precio que ya hemos pagado y nos lanzamos a comer muchos más platos de lo que estamos acostumbrados en nuestro día a día, a pesar de sentir una gran sensación de saciedad.

Así lo explica la Dra. en Neurociencia y psicóloga, Ana Asensio: "En ocasiones sí es una razón el hecho de pensar que al tener buffet abonado o todo incluido es necesario consumirlo, sin plantearnos si nos apetece o no". Pero más allá de que todos busquemos ahorrarnos un dinero o hacer un buen uso del servicio que ya hemos pagado, el motivo real por el que rompemos por completo con nuestros hábitos alimenticios cuando acudimos a este tipo de lugares tiene mucho que ver con la psicología humana.