Empezamos ya, y fuerte, con una moto deportiva que machaca todos los prejuicios, con una máquina eléctrica que mola, pero un montón, la EVA Ribelle, de Energica Motor Company, un experimentado fabricante del valle de Módena.

Cuando aparece el tema de vehículos eléctricos, siempre te enfrentas a ese argumento visionario de «sí, ya veo, esto es el futuro…». Muy al contrario, «Esto es el presente» piensa, en cambio, Fernando cada día en su concesión de motos eléctricas, especialmente cuando ha de presentar las declaraciones trimestrales. Esto es el presente, el día a día desde que levantó la barrera el año 2019, coincidiendo con su presentación en el salón MotoPalma. En futuras ocasiones ya nos meteremos en jardines de bajas emisiones y baterías, porque hoy solamente hablamos de la EVA Ribelle, una moto muy real, idéntica en motor y chasis a su versión mundialista del GPE y que, como buena italiana, resulta ser una absoluta tuerce-cuellos que no pasa desapercibida, más allá de ser de pilas o combustión.

El estilo hipernaked, el color rojo, todo el conjunto hace que te olvides de buscarle el tubo de escape. Ya encima, la primera impresión plantea incógnitas: ¿Ya está en marcha? ¿No hay embrague? ¿Cuánto dura la batería? ¿Me llevo el enchufe…?

Enérgica EVA Ribelle, el pepinillo eléctrico

En menos que tarda en ponerse a 100 (2,6 segundos), ya le has cogido cariño, especialmente si te dejas sembrados en el semáforo a un grupo rabioso de RRs intentando aún meter la segunda.

Un zumbido intenso te indica que hay mucho caballo ahí abajo que quiere salir. El embrague ya decides que está sobrevalorado, la sensación es lo que cuenta, y es perfecta. El par motor es impresionante. En eléctricas hablamos de kilovatios, 126 kW/ HP a 8500 rpm, dice la ficha, y te quedas igual. Luego hay quien la compara en el rango de una MT10 y con una equivalencia de potencia tradicional de 145 CV y ya lo entiendes mejor. Y con emisiones declaradas de 0 G/Km. Estamos ante un nuevo paradigma, pero ahora no tengo tiempo, estoy en una EVA Ribelle. La parte ciclo viene garantizando la frenada con un doble disco de Brembo y la amortiguación Öhlins trasera con unas Marzocchi en la delantera. Todo hace que la conducción sea segura y divertida, a pesar de sus 270 kg, bien distribuidos. Es un placer pasar de largo por las gasolineras hasta que el completo display central te avisa del estado de la batería. La autonomía es relativa y va en función de lo alegre que tengas la muñeca, pero siempre conviene llevar una mochilita con el enchufe, y algo para leer mientras recargas. De acuerdo, esta moto ofrece modos de conducción ECO o RAIN más conservadores que el modo SPORT, incluso un modo URBAN, pero aquí hemos venido a pasarlo bien.

Una experiencia muy recomendable que te cambia la percepción que tengas de las eléctricas, más allá de los escúter urbanos. No queremos romper la magia con el tema de precios, pero todo es razonable. Mejor informarse de todos los detalles en la web de fábrica: www.energicamotor.com

 El problema con las motos es que, especialmente si son nuevas, me gustan todas.