25N

Hablan seis mujeres de Mallorca víctimas de violencia de género: "Nos puede pasar a todas"

Seis víctimas de violencia machista explican a Diario de Mallorca cómo pertenecer al grupo Venus sense Cànon les ha «salvado», les ha hecho «más fuertes» y les ha animado a ayudar a otras mujeres

Deborah, Silvia, Chus, Marga, Eva y Elisa juntan sus manos.

Deborah, Silvia, Chus, Marga, Eva y Elisa juntan sus manos. / B.Ramon

Nair Cuéllar

Nair Cuéllar

Cualquier mujer puede ser víctima de violencia machista. No importa la edad que tenga, la clase social a la que pertenezca, ni el lugar de procedencia. «Nos puede pasar a todas». Elisa, Eva, Marga, Chus, Silvia y Deborah lo saben de primera mano. Les ha pasado y tienen un mensaje que dar: «Se sale. Lo importante para conseguirlo es no estar sola durante el camino».

Pertenecen al grupo Venus sense Cànon, una iniciativa que surgió en 2018 a raíz de un taller de arte organizado por la Fundació IRES, en colaboración con el Casal Solleric de Palma, y que poco a poco se ha convertido en una red de apoyo y acompañamiento mutuo a la que mujeres que están pasando por un proceso de recuperación por la problemática mencionada acceden tras finalizar las terapias de autoestima en la institución. 

La Fundació IRES me salvó, y ahora con mis compañeras de Venus me siento como en casa»

DEBORAH NEUS CAÑELLAS

«Cuando terminas en IRES te sientes un poco vacía. Mi psicóloga me recomendó el grupo y nunca más me he sentido sola», cuenta Chus con una sonrisa de oreja a oreja.

«La situación hizo que mi hijo pequeño intentara suicidarse hace dos años, y fue por él por quien me puse manos a la obra. Me derivaron a IRES y me salvaron», explica Deborah Neus Cañellas, quien describe que sus compañeras le hacen sentir «como en casa». Para Silvia «fue tan potente» todo aquello por lo que tuvo que pasar, que encontrarse con estas mujeres -dice con cariño- «fue increíble, porque me dieron tanta energía, tanta fuerza, tanto apoyo y sororidad. Gracias a ellas quise seguir y ayudar a otras con el mismo problema y enseñarles que a pesar de todo se puede salir, luchar y, en definitiva, renacer», relata. «Yo pensaba que era lo peor, la peor madre y la peor mujer, y al entrar en el grupo entendí que no era así y vi que otras han pasado por una situación parecida a la mía», confiesa Eva M. Vanrell. 

Entre nosotras no sabemos muy bien por lo que ha pasado cada una, pero las quiero a morir»

Elisa

Marga, por su parte, explica que Venus sense Cànon «es por y para nosotras. Nos hemos unido para ayudar a las demás. No nos regodeamos ni hablamos siempre de lo mismo. Ese no es el objetivo». Elisa pone de manifiesto que entre ellas «no saben muy bien por lo que ha pasado cada una». No profundizan en ello, «no es importante saber los detalles» -dice-, pero confiesa que las quiere «a morir». Incide, además, en que «la Elisa que entró por la puerta de la fundación y la que salió no son la misma persona». En este sentido, señala que su proceso ha sido muy «peculiar», porque no era consciente de todo lo que había vivido. Explica que recibió mucha información por parte de IRES y que tuvo que hacer «un proceso personal de ponerle nombre a lo sucedido, pero sin entenderlo demasiado». 

Pensaba que era la peor madre y la peor mujer, pero con ellas entendí que no era así»

EVA M. VANRELL

Lo mismo le ocurrió a Marga. Ella explica que cuando vives una situación de violencia, sobre todo psicológica, durante tanto tiempo, «lo normalizas» y lo que sucede es que cuando decides dar el paso para superarlo no eres consciente de lo que te ocurre. Así, describe que «tú te sientas allí en el taller de autoestima, con un montón de mujeres y piensas, «¿qué hago aquí?» y que solo al escuchar las historias de las compañeras «te das cuenta de que eres una de ellas. Eso fue lo que me abrió los ojos». 

Este grupo es por y para nosotras. Nos hemos unido para ayudar a las demás»

Marga

Balears fue el año pasado una de las provincias con la tasa más elevada de denuncias por violencia machista (un total de 7.000), de hecho Palma fue líder estatal con una tasa de 118,5 mujeres denunciantes por cada 10.000. Son cifras del informe anual de violencia contra las mujeres elaborado por el Consistorio palmesano con motivo del 25N y que reflejan uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta la sociedad. 

«Los tuyos te cuestionan»

¿Por qué no supieron identificar qué les estaba pasando? Los motivos son diversos, aunque según explican, el denominador común es la educación. «El discurso que te llegaba antes era que había que soportar, que estas cosas son normales en la pareja», señala Elisa. Por no hablar, inciden todas, de que «te sientes cuestionada hasta por los tuyos». «Mi grupo de amigas me dio la espalda. Para ellas yo era la mala», cuenta Deborah con pesar. Del mismo modo que Eva, que reconoce que mucha gente se alejó de ella «porque no te creen, porque él parece un encanto». 

Cuando terminas en IRES te siente un poco vacía y en Venus nunca más me he sentido sola»

Chus

«Yo siempre digo que si el primer día que quedas con esa persona te trata como lo ha hecho el último, no vuelves a quedar, lo que pasa es que te llevan poco a poco a su terreno», sostiene Elisa, que pone el foco en las emociones. «No nos olvidemos de que estamos hablando del mundo de la pareja y por lo tanto del amor, del cariño y el enamoramiento», sobre lo cual señala que «los mitos del amor romántico han hecho mucho daño». 

Es por ello que las seis coinciden en señalar la educación como uno de los pilares para acabar con la violencia machista. «Hay que empezar por la base, y la base está en la educación, pero no solo en la escuela, también en las familias. Tiene que haber una conciencia social de que esto es una lacra», explica Marga. 

En este sentido, inciden en que el patriarcado «es un sistema muy bien pensado» que se nutre de mantener aislada a la mujer. Una estrategia de la que -dicen- se vale el maltratador y contra lo cual la única lucha posible es «unirse y dar visibilidad a lo que sucede». 

Me dieron tanta fuerza que quise seguir y mostrar a otras mujeres que se puede salir y renacer»

Silvia

Aseguran que solo así, con la fuerza que les une, han pasado de ser víctimas a ser «transformadoras», porque juntas -explican- no solo hemos cambiado nosotras, juntas intentamos cambiar el mundo para que otras mujeres no tengan que pasar por lo que hemos pasado».

«La escalera que necesitas»

Por todo ello, recomiendan pedir ayuda, porque «estás en un pozo, no sabes cómo salir y ellas, con su fuerza y ánimo, te dan la escalera que necesitas».

Elisa, Eva, Marga, Chus, Silvia y Deborah son una pequeña representación de Venus sense Cànon, compuesto por casi cien mujeres que siempre se dan apoyo a través de su grupo de WhatsApp, descrito por Eva, entre risas, «como un Glovo al que pides lo que necesitas. Lo envías y siempre hay alguien que va a reaccionar y se va a alegrar o entristecer por lo que te pase». También estrenaron un documental con su nombre en IB3 y el año pasado publicaron un libro: Trencar el silenci, porque como ellas mismas dicen, «solo así se sale».

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