Condenan al servicio ferroviario por la caída de una pasajera de tren
Al llegar a la estación de Inca la puerta se cerró de pronto cuando la mujer abandonaba el vagón - Cayó al suelo y se golpeó el hombro
La empresa pública que gestiona el Servicio Ferroviario de Mallorca tendrá que indemnizar a una pasajera que sufrió una grave caída, cuando descendía del tren al llegar a la estación de Inca. En el momento que intentaba alcanzar la plataforma de la estación, la puerta del tren se cerró de repente. Este fallo, según declara probado una sentencia judicial, provocó que la mujer, de mediana edad, se cayera el suelo y se lastimara el hombro. Como consecuencia de este accidente, la víctima recibirá una indemnización económica de 11.300 euros. El dinero lo tendrá que pagar la compañía de seguros que cubre los accidentes de la compañía ferroviaria.
Este incidente, según detalla una sentencia del juzgado de lo contencioso, tuvo lugar por la mañana del día 22 de junio del año 2015. La mujer se subió al tren en sa Pobla y viajó hasta la estación de Inca. Allí fue donde tuvo el accidente, como consecuencia del mal funcionamiento de la maquinaria.
Debido a la caída, la víctima precisó ser atendida por los sanitarios de la ambulancia, que la evacuaron de urgencia al hospital de Inca. Allí se confirmó la lesión que tenía en el hombro.
La empresa ferroviaria se opuso a indemnizar a esta mujer, considerando que la caída había sido culpa exclusivamente suya. La empresa no negó el accidente, pero realizó una interpretación muy distinta a la que sostenía la víctima.
Ante la falta de acuerdo de ambas partes, la pasajera tuvo que presentar una demanda judicial. Llegó a reclamar una indemnización de más de 90.000 euros, asegurando que esta caída le ocasionó graves lesiones, que en estos momentos le impiden trabajar.
El magistrado no ha aceptado, ni de lejos, la reclamación económica que se exigía, porque ha valorado que inicialmente las lesiones no parecían tan graves, ya que la mujer días después del accidente pudo acudir a trabajar. Además, cuando fue atendida se quejó más del dolor cervical y lumbar, y no de la lesión que sufrió en el hombro.
Sobre las razones que ocasionaron esta caída, la sentencia detalla que en este modelo de vagón en el que viajó la pasajera existe un sensor de luz, que avisa de que las puertas se van a abrir o cerrar. La apertura o cierre la realiza el propio maquinista. Dos semanas antes del accidente, el conductor del tren ya había dado aviso de problemas con la puerta del vagón. Al juez no le consta que dicho fallo hubiera sido reparado, lo que explicaría que la puerta seguía averiada cuando la mujer bajaba del vagón.
Se da la circunstancia de que esta mujer ha sido declarada incapacitada para trabajar, por los problemas físicos que sufre. Su profesión era la de camarera de pisos. No ha quedado probado que esta invalidez tuviera relación directa con la lesión que sufrió en la estación del tren de Inca.
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