La UIB pelea por mantener el número de alumnos en las ingenierías

Siguiendo la tendencia nacional, las matrículas en algunos de estos grados, como Telemática, están bajando - La Escola Politécnica Superior insiste en la difusión y estudia cómo modificar los planes de estudio e incluso cambiarles el nombre

Una clase de la Escola Politècnica Superior.

Una clase de la Escola Politècnica Superior. / UIB

Redacción

En un mundo cada vez más tecnológico, la Universitat (UIB) pelea para mantener las cifras de matriculados en las ingenierías. Hay variaciones de un título a otro, pero Balears no escapa a la tendencia nacional y ven cómo se reducen las cifras de matriculados en varios de estos títulos que los expertos señalan como claves para un sistema productivo ya no futuro, sino presente.

A los responsables de la Escola Politècnica Superior (EPS) de la UIB les inquieta especialmente el tema de Ingeniería Telemática. El descenso de alumnos matriculados respecto al curso pasado es del 11%. La caída ‘importante’ se ha registrado en las primeras matrículas, un bajón que al final, «queda maquillado» porque se acaban inscribiendo estudiantes que no han podido entrar en otros estudios (lo que aumenta el riesgo de abandono, otro de los problemas que afrontan estos títulos, donde ya se ve como «asumible» perder un mínimo del 50% de matriculados entre primero y segundo). Preocupa (y ocupa) también el caso de Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, que ha perdido un 37% de matrículas desde 2014 (este curso se han quedado en 103 estudiantes).

Ingeniería Electrónica Industrial y Automática ha ido subiendo desde 2014, pero este curso ha bajado un 2,8% en comparación con el periodo anterior. Informática es la que mejor se mantiene, e incluso crece (un 8% respecto al curso pasado). Edificación va creciendo, pero aún no ha vuelto a alcanzar los 306 matriculados del 2014-2015 (ahora tiene 250; en 2019 eran 227).

En la EPS son conscientes de que no es fácil escapar de la tendencia detectada por la Conferencia de Rectores (solo un 18% de los estudiantes se animan a cursar ingeniería), que asimismo reflejan los datos de los ministerio de Universidades y de Ciencia: en los últimos diez años España ha perdido uno de cada cuatro estudiantes de ingeniería (mientras la demanda de profesionales continúa creciendo). En Balears, este déficit «se ve agravado» por ser una de las comunidades con un porcentaje más bajo de alumnos que accede en la universidad. Por lo tanto, el número de ingenieros y matemáticos que se gradúan cada año es «totalmente insuficiente para cubrir la oferta de ocupación existente», se indica desde la propia web de la EPS.

Su director, Gabriel Cardona, razona que los jóvenes perciben las ingenierías como estudios «excesivamente complicados», con lo que ya muchos las descartan de plano. Asimismo, sostiene que aún hay una imagen distorsionada de como son y qué hacen los ingenieros y que pervive el tópico del tipo solitario que trabaja con su ordenador encerrado en un cuarto.

A Telemática cree que le perjudica ‘competir’ con Informática y el desconocimiento sobre qué es realmente y para qué sirve, cuando es un grado, destaca Cardona, que abre la puerta a campos en auge como la ciberseguridad o el diseño de redes: «Hay un problema de marketing, de información y de orientación educativa».

La Politècnica, en complicidad con el sector empresarial, tiene varias iniciativas para despertar vocaciones entre los y las jóvenes (la brecha de género es un problema añadido), englobadas en la campaña MEET EPS, como la Lego League, el Scratch Day, o visitas de sus titulados a institutos.

Analizan ahora cambios de planes de estudios, que podrían suponer incluso modificar el nombre de los títulos, en el caso de Telemática e Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural). Además planean ofertar Informática en las sedes de Menorca y Eivissa el próximo curso.

Desde el mundo de la empresa, Jose Mañas, CEO de Wireless DNA, hace tiempo que advierte de las «catastróficas» consecuencias de la falta de estos titulados: no se crean puestos cualificados con lo que no hay empresas competitivas ni sueldos competitivos. No se crea un ecosistema innovador y existe el riesgo de que las empresas se vayan . Aunque se hagan esfuerzos, cree que no se potencian lo suficiente las vocaciones y no ayuda, señala, la falta de profesores altamente cualificados y referentes en el sistema educativo. También cree que hay un problema generacional y de falta de cultura del esfuerzo y de ganas de emprender e innovar (tampoco se fomenta, cree). Mañas apoya las iniciativas de la EPS y de la UIB, pero cree que la institución debe actualizarse «de forma urgente».

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