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Día Internacional de la Mujer | alarma en la uib por la brecha de género educativa

Baleares se labra un futuro sin ingenieras ni matemáticas mujeres

En la Universitat de las islas solo un 9,5% de estudiantes de Ingeniería Industrial e Informática son alumnas frente al 95,4% de Educación Infantil

Aina Tur y Sílvia Moià son dos alumnas de las cuatro que cursan segundo de Informática en la UIB. | B.RAMON

Entre las profesoras de Matemáticas, Ingeniería e Informática de la UIB hay preocupación porque año tras año cae el número de alumnas en clase. Y en los casos que no desciende, se mantiene una presencia mínima de mujeres en aquellas aulas donde se enseñan las profesiones tecnológicas que tienen un gran peso en el diseño de la sociedad del futuro.

«Después de tantos años de políticas públicas de igualdad, de cambios en los modelos educativos y con una sociedad más sensibilizada resulta alarmante ver que no sólo no se ha mejorado, sino que en ámbitos nucleares para el progreso de la sociedad , como son las carreras tecnológicas, hay un retroceso considerable en la igualdad de la mujer», alerta María Jesús Álvarez, profesora del grado de Matemáticas en la UIB. En su especialidad, el 38% de las matrículas corresponden a mujeres. En números absolutos, cursan Matemáticas actualmente en el campus 88 hombres y 55 mujeres. «Hace dos décadas, en esta carrera había más mujeres que hombres. Cuando yo empecé, hace 25, éramos 40: 11 chicos y 29 chicas», calcula. ¿Por qué ha habido este retroceso? Álvarez tiene una teoría que parece sólida. «La salida mayoritaria de Matemáticas era la educación, una profesión que está en gran medida feminizada», sostiene. «Ahora es la industria tecnológica [con la llegada del Big Data] la que absorbe mayoritariamente a los licenciados, un área muy competitiva donde pesa mucho el estereotipo masculino».

Alumnas de Educación Primaria en el edificio Guillem Cifre de Colonya. | B.RAMON

En cuanto a la plantilla de profesorado en el área, Álvarez ve equilibrio en cuanto al género, «pero es cierto que no hay ninguna catedrática». Para la profesora, la maternidad es un techo de cristal «para las que nos dedicamos a la investigación. En una actividad investigadora, tener que parar medio año es una brutalidad. Y es una profesión con mucha exigencia de tiempo. Los compañeros hombres que ejercen una paternidad responsable también comentan lo difícil que es compatibilizar su vida profesional con la personal» cuenta. «Lo mismo sucede con las ingenierías, que demandan mucha dedicación y horas. Si quieres labrarte una carrera exitosa, no puedes mirar el reloj, algo que es incompatible con la maternidad, es muy injusto», considera. «Además, ¿quién suele cogerse una reducción de jornada en la pareja? El que cobra menos, que en mayor porcentaje es la mujer. Recordemos que estas carreras de las que estamos hablando tienen una remuneración salarial por encima de la media, dan unas posibilidades de empleo a las que las mujeres también deberíamos acceder, pero si no lo hacemos, el modelo social del que hablábamos, donde se nos coloca históricamente como cuidadoras, se perpetúa», lamenta. «Da miedo pensar que las nuevas generaciones están retrocediendo en algunas aspectos», confiesa.

¿Por qué las mujeres que cursan Matemáticas en la UIB son ahora minoría?

¿Por qué las mujeres que cursan Matemáticas en la UIB son ahora minoría? B. Ramon

Hay un dato curioso. Según el informe internacional TIMSS, elaborado por la Asociación para la Evaluación del Rendimiento Educativo, el 36,7% de las niñas piensa que no se le dan bien las mates. «Ellos son más seguros, de hecho en Primaria ya se ve. Cuando ellas cumplen en torno a nueve años dejan de preguntar en el aula y ellos toman la iniciativa en las clases. Hay que reforzar a esas niñas para no perderlas, no sólo poniéndoles como ejemplo a otros referentes históricos de mujeres, lo que entraña el peligro de presentarlas como heroínas, sino haciéndoles llegar el mensaje de que es normal ser matemática e ingeniera», subraya.

Para la profesora de Ingeniería Telemática Maria Magdalena Payeras lo que está pesando en esta falta de mujeres en estas disciplinas tecnológicas es la concepción social que se tiene de estas profesiones. «Se están haciendo campañas muy buenas, como las de la UIB en el Dia de la Dona i la Nina en la Ciència, pero hay aspectos de la vida que nos rodean que son muy difíciles de cambiar», considera. Payeras estima fundamental que aumente la visión femenina en las profesiones del futuro, «para que el diseño del mundo sea más plural, tenga más voces y éstas sean distintas». Asimismo, señala que «no debería hacer falta decirlo», pero para que no quepa ninguna duda recalca que en estas carreras tecnológicas el rendimiento académico de hombres y mujeres «es el mismo».

Margalida Miró: "La perspectiva feminista en la carrera de Enfermería es la del reconocimiento del cuidado como valor social"

Margalida Miró: "La perspectiva feminista en la carrera de Enfermería es la del reconocimiento del cuidado como valor social" B. Ramon

Las mujeres a lo largo del tiempo siempre han estado más relacionadas con los cuidados y con la empatía hacia los seres vivos, quizá de ahí venga que tiendan a interesarse menos por el funcionamiento interno y la ingeniería de una máquina. La profesora de Enfermería Margalida Miró, una de las carreras con más mujeres matriculadas de la UIB, apunta a ese peso de la historia. Desde la Prehistoria la mujer adquirió ese rol. «Pero como dice Nancy Fraser, el cuidado ha de ser un valor universal en nuestra sociedad, lo debe ejercer tanto un hombre como una mujer. El cuidado es economía, cultura y organización política. Esta es la perspectiva feminista del cuidado que tenemos en enfermería, un cuidado que habla de un mundo menos competitivo y de una mayor redistribución de la riqueza a través del reconocimiento de esos cuidados como valor social», argumenta.

Educación Infantil es el grado de la UIB con más mujeres matriculadas

Educación Infantil es el grado de la UIB con más mujeres matriculadas B. Ramon

El grado de la UIB que ostenta un mayor porcentaje de mujeres estudiantes, un 95,4%, es el de Educación Infantil. «Las razones son históricas, ya en el siglo XVIII se hablaba de jardines de infancia. Si la mujer puede cuidar a sus hijos, puede encargarse de los hijos de otros. Y también sociales. Las etapas 0-3 y 3-6 son más vistas por la sociedad como fases más de cuidados que educativas, también porque no son obligatorias. En la carrera hemos introducido asignaturas sobre coeducación (de padres y madres) para que eso se traslade a los niños y niñas y para que también los espacios que comparten en el colegio no estén diferenciados, sino que sean comunes. La Lomloe recoge este tipo de contenidos, pero son marcos que hay que trabajarlos en clase y con las familias», considera la jefa de estudios de Infantil, Maria Ferrer. «También hay razones de prestigio social y económicas en todo eso», continúa. «En etapas educativas superiores empieza a haber más hombres y es donde también se cobra más», concluye.

Maria Ferrer. | B.RAMON M. Elena Vallés

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