Mallorca tiene 200 edificios abandonados y sin terminar que ya podrían ser más de mil pisos de protección oficial

Profesionales del sector instan a que más promotores transformen de manera urgente en pisos asequibles cientos de inmuebles en desuso o con infracciones urbanísticas como solución a la emergencia habitacional, tal y como recoge el decreto ley balear de 2020

Edificio inacabado de Manacor que actualmente ya es una nueva promoción de VPO.

Edificio inacabado de Manacor que actualmente ya es una nueva promoción de VPO. / DM

Redacción

Mallorca cuenta con unos 200 edificios inacabados que están fuera de ordenación urbanística y con la licencia caducada que esperan para convertirse en promociones de pisos protegidos a tenor del decreto ley de medidas urgentes en materia de vivienda de Balears aprobado en 2020. 

Pese a la emergencia habitacional en las islas, en realidad se han llevado a cabo escasísimos proyectos en el archipiélago atendiendo a esta disposición especial de la normativa autorizada hace tres años y que aboga por terminar fincas y estructuras que ya están levantadas. ¿Por qué se da esta situación? Uno de los motivos principales es que apenas hay promotores que dediquen sus esfuerzos a este tipo de pisos. «Somos dos o tres», comenta Joaquín Chinchilla, socio de las promotoras Movisa y Las Terrazas de Cala Bona. «Lo que sucede es que con VPO los márgenes son muy ajustados, un 10%. Con vivienda libre, del 40% o más, una cifra que siempre te van a desmentir y no te admitirán quienes se dedican a ella. Pese a ello, animo a los promotores a hacer VPO: se puede trabajar bien aquí y la situación que vivimos en Balears requiere de esfuerzo». 

Chinchilla recuerda que el pasado junio el Govern acordó actualizar los precios de las nuevas viviendas tasadas: en 2020 el precio máximo estaba en 1.940 euros por m² útil, desde el verano pasado, en 2.386. Con esta subida, estos proyectos resultarían más rentables para los promotores. Incluso el día de la presentación de esta medida, se habló de la incorporación de 14.000 viviendas privadas al mercado protegido de las islas. Las inmobiliarias reaccionaron recordando que se necesitarían al menos 85 años para levantarlas. 

La de Chinchilla fue la primera empresa privada que firmó un convenio con un ayuntamiento, en concreto el de Manacor, para terminar un edificio de la calle Mossèn Alcover. «Salieron 12 VPO, una de ellas se la quedó el consistorio".

«Ahora estamos en proceso de empezar a terminar otro en Son Servera, en concreto en Cala Bona. Es un edificio que iba a destinarse a apartamentos turísticos. Se hizo toda la estructura, pero la empresa quebró y presentó concurso de acreedores en 1993. Saldrán 38 VPO con certificado energético A», comenta Chinchilla. 

Precios: un piso de tres habitaciones por 210.000 euros

El empresario cuenta que, con otros inversores a través de una sociedad (Neiva), buscan edificios en Mallorca que están fuera de ordenación o a los que se les puede hacer un cambio de uso para convertirlos en viviendas asequibles que saldrían para la venta. «Siempre para todos aquellos que estén apuntados en las listas del IBAVI», puntualiza Chinchilla. «En Manacor, un piso de 65 m² sale por 115.000 euros. De 80, 185.000. Y los de tres habitaciones, unos 210.000», calcula.

«Hemos cerrado ya la compra de tres edificios que eran tiendas de muebles. De uno saldrán 17 pisos, de otro 22 y del último, 12. Y estamos ultimando también la adquisición de otro, del que saldrían 22», señala. «También estamos mirando fincas inacabadas en Inca y Calvià», comenta. «En estos municipios, los trámites son más ágiles que en Palma», añade.

Sin consumir territorio

Germán, experto en derecho inmobiliario y fundador y CEO de Grup Amb Tu, inmobiliaria que arranca su andadura en Manacor, explica que con su equipo tienen un cálculo estimado y en estudio «de que tendríamos en Mallorca unos 200 edificios abandonados, sin terminar o con infracciones urbanísticas, que podríamos resolver convirtiéndolos en VPO rápidamente en los próximos cuatro años si hubiera la voluntad de los propietarios y financiación con aval del Govern», apunta. «Una solución con la que no se consumiría territorio», concluye.

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