El exrector de Can Picafort recurre a la Audiencia para evitar el nuevo juicio por abusos

El exrector de la parroquia de Can Picafort apura sus ultimas opciones para evitar su segundo juicio por abusos sexuales. Pere Barceló, que ya fue condenado a seis años de prisión por violar decenas de veces a una monaguilla, ha presentado un recurso ante la Audiencia Provincial de Palma contra el auto de procesamiento del juzgado de instrucción de Inca que lo deja con pie y medio en el banquillo. En él sostiene que la investigación judicial se ha basado únicamente en el testimonio de la denunciante, que tenía entre siete y nueve años cuando ocurrieron los hechos, y asegura además que su versión contiene importantes contradicciones sobre lo ocurrido. También cuestiona los informes de los psicólogos del Consell de Mallorca sobre la credibilidad de la chica.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma celebró el pasado martes una vista sobre el recurso presentado por Barceló, según han explicado fuentes del proceso judicial. La defensa del exsacerdote -el primer expulsado de la Iglesia en España por un caso de pederastia- expuso sus argumentos para que se revoque el procesamiento y se devuelva la causa al juzgado de Inca, con el objetivo final de que se archive. La fiscal, por su parte, pidió al tribunal que ratifique la decisión de la magistrada instructora. Está previsto que la sala decida en los próximos días.

Esta nueva acusación contra Pere Barceló, adelantada ayer en exclusiva por Diario de Mallorca, tiene su origen en una denuncia presentada en 2018. En ella, una joven narraba una serie de abusos sexuales continuados cometidos por el sacerdote una década antes. La chica contó que entre 2008 y 2010 acudía a catequesis a la parroquia y Barceló la sometía a tocamientos de forma habitual.

El juzgado de instrucción número 1 de Inca ha investigado el caso durante los últimos cuatro años. El exrector de Can Picafort prestó declaración desde la cárcel de Segovia, donde estaba cumpliendo su condena de seis años de cárcel, y negó tajantemente estas nuevas acusaciones contra él. La magistrada dio por finalizada la investigación hace unas semanas y dictó un auto de procesamiento. Entiende que existen suficientes indicios para llevar al caso a juicio.

Barceló salió de prisión el 2 de agosto del año pasado, tras cumplir íntegramente la pena que le impuso en 2016 la Audiencia Provincial de Palma. Él mismo reconoció en el juicio que entre 1997 y 1998 violó reiteradamente a una monaguilla que tenía entre ocho y diez años y acató la condena de seis años de cárcel pactada por su abogado, la Fiscalía y el abogado de la víctima, que ejercía la acusación particular. La sentencia le declaró autor de un delito de agresión sexual continuado con las atenuantes de confesión y reparación del daño. El Obispado había indemnizado ya a la perjudicada con 30.000 euros.

Otras dos mujeres acusaron a Barceló de abusos sexuales en el proceso interno que la Iglesia abrió contra él al salir a la luz este caso. Sus testimonios sirvieron para que el religioso fuera condenado en 2013 por el Tribunal Eclesiástico de Mallorca a la máxima pena que contempla el Derecho canónico, la expulsión del sacerdocio, por unos hechos que consideró «de máxima gravedad».

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