Muy harta de que me envíen a picar a la mina
Un 8M más y no puedo evitar cierto hastío ante esta jornada, porque ya hace días que oigo las típicas y tópicas bromas que no tienen ninguna gracia, porque siempre hay quien cuestiona la necesidad de conmemorar esta fecha, que si lo nuestro son «tonterías» en comparación con las mujeres de otros países que sí que están puteadas, que si somos todas unas feminazis... ¡En fin!
Me da mucha pereza rebatir argumentos machistas y más cuando hay quienes que, como último argumento, te retan a que bajes a la mina si tanta igualdad quieres, o a que hagas cualquier otra cosa que resulta físicamente imposible como mujer. Soy la primera que conoce cuál es mi fuerza y nunca he pretendido jugar en esa liga, es más, no me interesa en absoluto. Las aspiraciones de las mujeres son otras y no tienen nada que ver con coger pico y pala.
El 8M va de otra cosa y es verdad que hay que picar mucha piedra todavía y no la de la mina precisamente... Me preocupan las burlas que provienen de adolescentes que no tienen nada claro qué significa ser mujer y ser feminista, dos conceptos que para mí no se pueden separar y que en su cabeza interpretan como un ataque a no sé qué. A los adultos, ya los doy por caso perdido.
Pero si todo eso me tiene saturada, también veo triunfos que me alegran y mucho. Tengo a mi alrededor niñas que están creciendo sin ponerse límites, que no consienten que nadie las desprecie y que tienen muy claro que son feministas, porque no hay otra manera de afrontar la vida.
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