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Frenazo en la demanda de viviendas de lujo por parte de extranjeros

La patronal ABINI cifra en un 30% la caída en la demanda durante el segundo trimestre y apunta a la crisis energética como una de las causas

Imagen de la urbanización de Son Vida, una de las zonas residenciales de alto nivel de Mallorca. B.RAMON

La demanda de viviendas de alto nivel de Mallorca por parte de extranjeros está registrando un durísimo frenazo, con una caída del 30% durante el segundo trimestre de este año respecto al mismo periodo de 2021 y que se ha acercado al 50% en junio, según los datos facilitados por la asociación balear inmobiliaria nacional e internacional (ABINI). Su presidente, Hans Lenz, señala entre los factores que explican ese brusco cambio de tendencia la incertidumbre que ha generado entre muchos empresarios europeos la crisis energética que está provocando la guerra en Ucrania, a lo que se suma la reducción de los inmuebles disponibles en la isla y una subida de sus precios que en algunos puntos es calificada de excesiva por este representante empresarial.

El presidente de ABINI recuerda que el pasado año marcó un récord en el valor de las ventas inmobiliarias registradas en Balears, cifrado en 6.603 millones de euros por el ministerio de Agenda Urbana. Esta fuerte tendencia alcista en la adquisición de residencias en la isla, protagonizada en buena parte por la demanda extranjera, se mantuvo durante el primer trimestre de este año, a medida que se iba dejando atrás la variante ómicron de la covid, según destaca Hans Lenz. Pero una vez superada la Semana Santa se inició un brusco cambio de tendencia, con el citado recorte registrado durante el segundo trimestre de este año.

«La fiebre por contar con una casa en Mallorca se ha calmado, y ahora la gente se lo piensa mucho más» antes de cerrar una adquisición, indica este representante del sector inmobiliario de alto nivel. En este sentido, pone de relieve las enormes incertidumbres que se están abriendo ante una posible escasez de gas durante el próximo invierno y el impacto que eso puede tener sobre economías tan industrializadas como la alemana. En este marco, se añade que se están frenando decisiones de adquisición de un inmueble en la isla, a la espera de que las citadas incógnitas se vayan despejando.

«Estamos en un contexto económico muy diferente», indica Hans Lenz, con unos ritmos de reactivación que se prometían muy potentes pero que se están viendo lastrados por factores como el de la inflación existente.

Además, se reconoce que la demanda que se acumuló durante la pandemia debido a las dificultades para viajar a Mallorca para visitar los inmuebles ya ha quedado colmada, después de haber sido una de las causantes del fuerte acelerón que se registró durante la segunda mitad del pasado ejercicio y los primeros meses del actual.

Pero éste no es el único aspecto que explica este desplome entre los meses de abril y junio. Porque otro factor a tener en cuenta es que se compran menos inmuebles porque también hay menos propiedades en venta. Desde ABINI se destaca que en el último año la oferta residencial de las islas se ha reducido un 25%, y que en algunas zonas de alto nivel del litoral ésta ha caído un 60% en el plazo de dos años.

A ello suma un tercer elemento: los precios de la vivienda de alto nivel estaban creciendo en Mallorca a un ritmo excesivo, especialmente en las zonas de mayor demanda, como las de Andratx y Calvià.

En este contexto de incertidumbre, hay compradores potenciales que están poniendo el foco sobre otras zonas donde el valor de estos inmuebles ha presentando una evolución algo más moderada, y señala el caso de Alcúdia o Artà.

Esta excesiva revalorización de la zona suroeste de Mallorca está favoreciendo a otros espacios del litoral mallorquín, y no solo a su zona norte, sino también al sureste y a los alrededores de Palma, según se pone de relieve. En cualquier caso, añade que este efecto no necesariamente es negativo, ya que genera un mayor equilibrio en el conjunto de Mallorca por lo que a la demanda de alto nivel se refiere.

Además, subraya el impulso que están tomando otras zonas para que los europeos dispongan de una segunda residencia, y señala el caso de Portugal.

«Hay quien pensaba que había una fuente inagotable de clientes, pero no es así», pone de relieve Hans Lenz, que advierte que algunos propietarios van a tener que adaptarse a esta nueva realidad a la hora de encontrar posibles compradores para sus bienes. «Se ha pecado de un excesivo optimismo», añade.

Esta desaceleración en Mallorca se produce en un momento en el que la tendencia en la península sigue siendo alcista, pero en este aspecto Hans Lenz recuerda que en otras comunidades autónomas la demanda nacional es mucho más fuerte y ésta todavía no se está resintiendo de igual manera que la zona centroeuropea de la guerra en Ucrania, lo que explica las diferencias en el ritmo del mercado inmobiliario mallorquín, cuya reactivación se inició antes por el mayor peso de la demanda extranjera (un 40% de las compras de 2021 lo protagonizaron extranjeros).

En cualquier caso, el presidente de ABINI no oculta que este año previsiblemente se cerrara con un nivel alto de adquisiciones inmobiliarias, aunque insiste en las incertidumbres existentes respecto a la evolución de la actual crisis energética y de inflación.

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