El New York Times se ha hecho eco del estudio realizado por investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), centro de investigación mixto entre la UIB y el CSIC, y publicado en la revista Geophysical Research Letters el pasado mes de marzo.

El artículo muestra el efecto global de la onda expansiva generada por la erupción del volcán de Tonga, conocido como Hunga Tonga-Hunga Haʻapai, el pasado mes de enero.

La perturbación tardó unas 36 horas en dar la vuelta al mundo, extendiéndose en anillos concéntricos desde el volcán y viajando a la velocidad del sonido.

Los resultados del estudio han sido divulgados ahora en un extenso artículo en el New York Times, que incluye la espectacular simulación. Ángel Amores, coautor de la publicación, explica que estaba revisando los datos de las estaciones meteorológicas locales desde su casa cuando vio por primera vez la firma de la ola. Los instrumentos locales mostraron cambios repentinos de presión cuando la onda de choque pasó por primera vez sobre Mallorca, unas 15 horas después de la erupción. A esta perturbación le siguieron otras cada 36 horas.

Se trata de un fenómeno de carácter global que hasta la fecha no se había observado en detalle.