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Rafa Nadal con su 21 Grand Slam en su academia de ManacorB. Ramon

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Mallorca

¿Ramon Llull o Rafa Nadal? Hoteleros y turoperadores, a favor del cambio de nombre del aeropuerto de Palma si hay «consenso»

La decisión genera discrepancias entre los partidos del Pacto porque prima la opción de Ramon Llull - El nombre que se plantea en caso de cambio sería Aeropuerto de Palma de Mallorca Rafael Nadal

La propuesta de poner el nombre de Rafael Nadal al Aeropuerto de Palma traerá cola, sobre todo política. La petición ha provocado que los partidos políticos, el Govern e instituciones importantes como los hoteleros realicen movimientos para posicionarse.

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La presidenta del Govern, Francina Armengol afirmó hace dos días que sería «un gran embajador internacional de nuestras islas, eso está fuera de duda y más en los últimos días». También consideró «positiva» la iniciativa de recogida de firmas, aunque especificó que era «una decisión que debe tomar Aena». Pese a estas palabras, no concretó la postura del Ejecutivo autonómico al respecto ni si han habido contactos para tomar una decisión.

Vista la repercusión y la poca concreción del planteamiento, Aena decidió mover ficha y avisó a la presidenta: para que se haga el cambio debe haber «consenso social e institucional», debe remitirse la propuesta al Ministerio de Transportes y, si lo considera oportuno, aprobar el cambio de nombre por acuerdo ministerial. Por tanto, la pelota está ahora mismo sobre el tejado del Ejecutivo autonómico.

Las palabras del deportista («si la gente que lo decide, cree que es adecuado o positivo para la isla, estaré encantado ya que es un honor») han sido determinantes para que los distintos agentes sociales decidan mostrar su postura a su favor y empezar una campaña para hacer realidad el cambio.

Una de las cuestiones que están sobre la mesa es la inversión que esto supondría. Los últimos cálculos determinan que la Administración balear debería hacerse cargo de los costes, que oscilarían entre los 500.000 y el millón de euros. El cambio de nombre del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas supuso, en 2014, más de medio millón para la Comunidad de Madrid.

Apoyos a la propuesta

Asimismo, a la presión para tomar esta decisión se suman ahora las declaraciones de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB), que se muestra «totalmente a favor» porque consideran que el tenista es «el mejor embajador de las islas y nos seguirá enorgulleciendo llevando su nombre a la principal infraestructura turística de Balears»; la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, que apuesta por el cambio si hay «consenso» porque supondría «multiplicar el valor de la imagen de marca en el exterior, reforzando el posicionamiento de nuestro valores como destino» y los turoperadores, que lo ven con muy buenos ojos porque «ayudaría a la promoción de la isla y supondría un aumento importante de las ventas».

La presidenta del PP de Balears, Marga Prohens, manifestó que «hagamos realidad este clamor social y esperamos que el Govern inicie los trámites correspondientes» a la vez que reivindicaba «los valores humanos dentro y fuera de la pista».

Uno de los puntos clave es que la decisión de poner el nombre de Rafael Nadal al Aeropuerto de Palma genera incomodidad entre el Pacto porque Més y Podemos quieren que se cumpla la decisión tomada en 2017 por el pleno del Consell de Mallorca en el que se instaba al Ayuntamiento de Palma, Parlament y Govern a asumir y defender la propuesta de cambiar el nombre de Son Sant Joan y que pasara a denominarse Aeropuerto Internacional Ramon Llull Palma-Mallorca. Fuentes del Pacto matizan que no hay una postura unánime pero es «importante» tener en cuenta la decisión que se tomó hace 5 años. Hay que tener en cuenta que en aquel momento el presidente del Consell de Mallorca era Miquel Ensenyat, el actual portavoz parlamentario de Més per Mallorca, partido que forma parte del actual Govern. Por tanto, no es una cuestión menor y condiciona lo venidero.

En aquel momento, se consideró que debía prevalecer el nombre de Llull porque «no se trata de un cambio simplemente nominal, sino de presentación global», ya que «ayudaría al trabajo que se realiza para romper con la imagen turística de la Mallorca de sólo sol y playa», mostrando a los visitantes que la isla tiene una «cultura muy rica». Esta consideración evidencia que, más allá de lo patente, la decisión está influida por motivos vinculados a la «necesidad» de cambiar el modelo económico de las islas.

«Unir el edificio más importante de la contemporaneidad con el mallorquín más universal es una buena muestra de la Mallorca del Siglo XXI, que ofrece tradición y modernidad a partes iguales», especificaba la declaración institucional.

Críticas contundentes

Los ecologistas de Terraferida criticaron la petición y declararon: «Recalificación de 40.000 metros cuadrados de zona verde de Torreflorida para hacer 275 viviendas, legalización de plazas hoteleras del complejo, ampliación vía ley de la vivienda, pero nunca es suficiente para algunos».

En este sentido, el portavoz adjunto de Més per Mallorca en el Parlament, Josep Ferrà, aseguró el miércoles que hay cuestiones «más importantes» que afectan al Aeropuerto de Palma que decidir si se le pone el nombre de Nadal, y reclamó que el debate se haga en las instituciones, no a través de las redes sociales. Así, pidió que se tenga en cuenta a la Universitat de les Illes Balears (UIB) y a las autoridades en el ámbito de la toponimia para tomar la decisión. 

El tema de la ampliación del aeropuerto, en el que se «juegan» limitar las pretensiones de Aena de ampliar la capacidad de pasajeros y de vuelos actual en el aeropuerto de Palma, «prima», por tanto, por encima de las otras consideraciones para los socios del PSIB.

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