­Un grupo de ingenieros mallorquines ha diseñado un sistema informático, pionero en el mundo, que tras introducirle cientos de imágenes de la superficie marina, interpreta su grado y tipo de contaminación en superficie.

Una primera cámara de control de contaminación marina, autosuficiente energéticamente, ya ha sido instalada en Astilleros de Mallorca, en el puerto de Palma, con objeto de prevenir la contaminación. 

Esta primera cámara “observa” 24 horas al día una superficie de agua de unos 40 metros cuadrados, y realiza una fotografía cada 15 minutos, que trasmite a la sede central de Garau Ingenieros, que finalmente las procesa por medio de un sistema de inteligencia artificial diseñado por ellos mismos. 

Las imágenes captadas por la cámara son siempre de la superficie del agua y nunca de lugares con personas o embarcaciones. La prioridad es determinar si hay vertidos de hidrocarburos, por lo que se instalarán, previsiblemente, como se ha hecho con la primera cámara, cerca de las distintas estaciones de servicio que hay en los puertos, foco “natural” de los pequeños vertidos involuntarios de hidrocarburos que se pueden producir en los constantes repostajes. También controlará las posibles descargas o limpiezas inadecuadas de sentinas de algunos barcos, por error, desconocimiento o mala práctica.

Otro de los puntos donde se estudia instalar estas cámaras son las desembocaduras de los torrentes, lugar de aporte de todo tipo de plásticos, aceites, detergentes y otros objetos que las lluvias recogen para reconducirlos finalmente a la mar. Sólo en el puerto de Palma desembocan cuatro torrentes, que recogen y vierten mucha de la suciedad de nuestras calles, en especial colillas y pinzas de la ropa, que provienen de las aceras y las terrazas comunitarias de los edificios.  

El equipo instalado actualmente analiza sin descanso, durante el día y la noche, los 365 días del año la superficie del agua. Los expertos de Garau Ingenieros, que ha financiado de modo privado todo el proyecto, y los responsables de medio ambiente de Astilleros de Mallorca, creen que los datos que el sistema aporte, con el tiempo y a corto o medio plazo, permitirán conocer el ciclo de contaminación en el puerto. Saber a qué hora o qué días se producen preferentemente los vertidos, conocer la influencia de vientos o corrientes, eventos o trabajos, hará que la lucha contra la contaminación mejore notablemente, reduciendo y mejorando los trabajos de limpieza y control. 

La cámara, el sistema, busca vigilar y conocer lo antes posible un vertido para reaccionar lo antes posible, pero sobretodo pretende ser una herramienta de “inteligencia medioambiental” que ayudará finalmente a reducir en origen los vertidos contaminantes.  

El sistema, que ya es viable y operativo, está en proceso de desarrollo final e implementación, y en el futuro estará compuesto por un número a determinar de cámaras receptoras de imágenes a tiempo real. 

Para que la inteligencia artificial del sistema pueda reconocer las formas y colores de la contaminación, ha sido necesario introducir en su memoria cientos de imágenes aportadas por ciudadanos, que han remitido fotos de la superficie marina con muy distintos tipos de contaminación; sobretodo plásticos, hidrocarburos y otros contaminantes flotantes de lo más variado y curioso. De este modo, con la colaboración de navegantes y gente de mar, se ha creado un banco de datos de imágenes imprescindible para generar los algoritmos que definen el sistema.

La colaboración entre Garau Ingenieros y Astilleros de Mallorca surge del equipo de trabajo del Balearic Marine Cluster, que intenta aproximar las distintas empresas del sector en varios e interesantes proyectos innovadores en los que se está trabajando. La industria náutica 

balear también es pionera en tecnología y medioambiente, dos conceptos cada día más interiorizados. 

Finalmente, subrayar que la Autoridad Portuaria de Baleares, desde su área de medio ambiente e innovación, sigue con enorme atención e interés el trabajo conjunto de Garau Ingenieros y Astilleros de Mallorca, consciente de que el objetivo final, conseguir unos puertos más limpios, es algo que incumbe a todos.