Durante Semana Santa, desde el viernes 26 de marzo España estaba cerrada a cal y canto entre comunidades autónomas, por decisión del Consejo Interterritorial de Salud, hasta el pasado viernes día 9, para limitar la movilidad al máximo y evitar la propagación de contagios de coronavirus. Balears extendió el cierre perimetral hasta hoy.

Aun así, entre el domingo 28 de marzo y el lunes 5 de abril llegaron a los aeropuertos del archipiélago 90 aviones privados desde otras comunidades autónomas: 48 al de Palma, 30 al de Eivissa y 17 al de Maó. Estos pasajeros, al igual que los de los vuelos comerciales, debían justificar la causa de su viaje al entrar o salir del archipiélago.

Se debía presentar documentación para acreditar el motivo del desplazamiento por residencia, trabajo, asuntos sanitarios o por causa de fuerza mayor. Los viajeros han podido recurrir a la inventiva de citas médicas, como ya publicó este diario, desplazamientos por trabajo u otras excusas. 

Picaresca

No ha sido posible verificar si se han levantado actas por denuncias al recurrir a la picaresca falsificando justificantes. La Guardia Civil alega que le corresponde al Govern informar al respecto, y desde el Ejecutivo se esgrime que los datos de los aeropuertos, de primera mano, están en manos de la Benemérita y a la Dirección General de Emergencias llegarán después. En cualquier caso, en los aeropuertos no se ha estado impidiendo entrar o salir de las islas, se apunta desde la Guardia Civil, aunque no hubiera justificación para viajar. Es al Govern a quien le corresponde sancionar, se añade.

Por otro lado, los datos de Sanidad Exterior, a cargo de los controles sanitarios también en las llegadas de vuelos privados internacionales, corroboran el alto tráfico de Semana Santa. Del 18 de marzo al 5 de abril entraron a Mallorca y Eivissa 1.500 pasajeros. Solo entre el primero de abril y el día 5 aterrizaron un centenar de vuelos. No se detectaron viajeros positivos en covid, según Delegación del Gobierno.