La inquietud entre los cientos de trabajadores va en aumento dado que la Autoridad Portuaria de Baleares guarda silencio absoluto con respecto al futuro inmediato de una empresa con ochenta años de existencia en el puerto de Palma.

Los representantes del comité de empresa de Astilleros de Mallorca, encabezados por su presidente Iñaqui Vico, denuncian ante los medios de comunicación su preocupación y profunda incertidumbre por la situación en la que se encuentran.

Iñaqui Vico, con 22 años de antigüedad en Astilleros de Mallorca, en nombre y como portavoz de los trabajadores, ha explicado a este medio que: “La concesión otorgada a Astilleros de Mallorca finaliza en 2027, pero la Autoridad Portuaria de Baleares propuso a la empresa no solicitar una ampliación, sino que se trasladaran antes de 2027 al final del muelle viejo con una nueva concesión. De este modo, propuso la Autoridad Portuaria de Baleares con el beneplácito del Ayuntamiento de Palma, el espacio que ocupa hoy Astilleros sería destinado al nuevo museo marítimo”.

Según manifiestan los tres portavoces del comité de empresa: “Esa opción, trasladarnos a un nuevo emplazamiento, nos pareció la más acertada, explica Cristóbal Ramis, con 20 años en la empresa, ya que las instalaciones actuales se nos han quedado antiguas y algo pequeñas para atender a las grandes esloras, nuestra especialidad”. Por su parte, Toni LLinás, con 14 años en Astilleros de Mallorca y vocal del comité de empresa, añadió que “El traslado prometido está sin resolver y ahora en la APB han optado por el más absoluto silencio, dejando a más de 400 familias en una incertidumbre laboral muy preocupante”. “Somos trabajadores cualificados, pero muy difíciles de recolocar, por edad y precisamente por nuestra gran especialización. Si cerrara Astilleros de Mallorca, con ochenta años de historia, sería una tragedia humana, pero también social y económica para Baleares. No es posible montar un astillero similar en un abrir y cerrar de ojos, hacen falta muchos años de trabajo y esfuerzo para llegar a este nivel de confianza con los clientes. Somos lo que somos gracias a los cientos o miles de trabajadores que nos precedieron y nos dejaron un patrimonio en forma de experiencia.” Según su compañero Cristobal Ramis: “Esta es una empresa que sobrevivió a dos crisis importantes, adaptándose a las nuevas realidades del mercado para especializarse en la reparación de yates, un sector en auge que incluso ha superado moderadamente bien el 2020. Además, la empresa ha defendido siempre al trabajador. Nadie quiere irse y hay cola para entrar, eso no es fácil de ver hoy en día”. Toni Llinás añade que: “Somos 100 fijos en plantilla, más 70 contratados de apoyo en cada temporada alta, que es todo el invierno, más otros 250 aproximadamente que nos dan servicios complementarios directos. Cuando estamos a tope necesitamos refuerzos de electrónicos, mecánicos, carpinteros, herreros, pulidores, veleros, tapiceros, pintores y un largo etcétera. Además, si cae Astilleros de Mallorca por malas decisiones políticas, no sólo se perjudicará directamente a esos 420 trabajadores, la repercusión en todo el sector puede ser enorme, ya que Astilleros de Mallorca es sin ninguna duda la empresa tractora del sector de la reparación.”

Por último, Iñaqui Vico, presidente del comité de empresa, manifestó que: “Por supuesto, no vamos a quedarnos con los brazos cruzados viendo como desaparece una empresa como ésta por la inacción de la administración. Deben darnos una solución y que podamos dormir tranquilos nuevamente, sabiendo que habrá continuidad para nuestros puestos de trabajo.”