El coordinador autonómico de Salud Mental, Oriol Lafau, afirmó ayer que el «bombardeo» de datos al que está sometida la sociedad genera actitudes y sentimientos lógicos pero difíciles de gestionar. «Si no sintiéramos tristeza, cansancio y frustración no seríamos humanos»,apuntó.

En una rueda de prensa junto al portavoz del Comité Autonómico de Gestión de Enfermedades Infecciosas, Javier Arranz, para valorar la situación epidemiológica de la pandemia así como para ofrecer pautas y recomendaciones a nivel de salud mental, Lafau destacó que tras la tristeza la reacción humana habitual es la búsqueda de culpables, aunque invitó a superar ese sentimiento.

«La búsqueda de culpables no es la solución y lleva al enfrentamiento entre unos y otros y a una situación de caos dentro del caos», advirtió.

El coordinador de Salud Mental explicó que agrava este hecho el de que la sociedad se enfrenta a una situación «muy grave» que no sabe cuánto durará y sin que se vea una solución eficaz. Para acompañar y superar este proceso la sociedad, argumentó, tiene que transformarse en más amable, menos cruel y menos individualista.

El antídoto del día a día

En este punto, Lafau destacó la responsabilidad y la solidaridad como las dos ideas para tratar de superar la situación actual y a «vivir al día» como «único antídoto contra la incerteza».

«Si nos dedicamos a hacer previsiones es posible que no se cumplan y nuestro sistema emocional acabe sufriendo», aconsejó.

El coordinador autonómico de Salud Mental no concretó en cifras el incremento de las atenciones en esta materia aunque sí que ha hablado de «vorágine» para apuntar que «todavía no es el momento» de centrarse en datos o cifras en este sentido.

«La salud mental es un termómetro de la situación y, efectivamente, hay más consultas pero ahora es el momento de la prevención», afirmó.

Oriol Lafau hizo igualmente un llamamiento a la confianza en la ciencia que ha dado la buena noticia desde el punto de vista emocional que es la vacuna.

El coordinador autonómico advirtió no obstante de que en la actualidad hay más problemas de salud mental en Balears de los que hubo durante el confinamiento decretado en marzo del año pasado.

Confinamiento, la luna de miel

«Es paradójico que el confinamiento duro fue como una luna de miel y en estos momentos estamos mucho peor», explicó antes de recomendar unidad, solidaridad y responsabilidad para afrontar la frustración que genera la crisis sanitaria del coronavirus.

«Seguramente en esos momentos íbamos todos a una, aunque la situación de cierre era compleja, todos íbamos a una y hubo un menor sufrimiento emocional», aseguró

Lafau, que es psiquiatra, consideró que la población estaría preparada para otro confinamiento pleno: «Evidentemente estamos preparados, no es fácil tomar estas decisiones, pero emocionalmente sí que estamos preparados».

También subrayó la importancia de confiar en la ciencia y tener en cuenta que hay una vacuna. «Por confianza emocional, hay que creer en la ciencia y no desaprovechar esta herramienta que se nos brinda», animó.

«Aún estamos en la culpa y en la queja y hasta que no demos un paso más, de una sociedad mas madura, para resolver los problemas, no podremos salir. Si no vamos todos a una, y dejamos de quejarnos y buscar culpables, no sé si lo conseguiremos», reiteró.

El especialista advirtió de que «las situaciones complejas no tienen soluciones únicas» y dirigió sus recomendaciones de ir día a día hacia la gente que está sufriendo más. «Hay que entender que todos tenemos que ir a una, aunque la situación sea muy compleja, será la única forma de salir».

Sobre la afectación de la fatiga pandémica en el personal sanitario, Lafau dijo que todavía no dispone de datos pero que están «atendiendo a mucha gente».

Indicó para concluir que, por colectivos, la emoción predominante entre los profesionales sanitarios «es la decepción de la situación y de cómo se está comportando la gente».