La dirección del instituto Arxiduc Lluís Salvador de Palma ha pasado a la ofensiva. El centro publicó ayer un comunicado en el que dijo sentirse objeto de una campaña de desprestigio y anunció «acciones penales» contra sus instigadores. El instituto considera que una o varias personas están en el origen de cientos de comentarios críticos contra la dirección y algunos profesores vertidos en los últimos días en Instagram, y se propone seguir su rastro con ayuda de «expertos informáticos».

La dirección quiere «averiguar la persona o personas que a sabiendas de su falsedad y el temerario desprecio a la verdad están instrumentalizando a terceras personas, con la inclusión de menores de edad, al objeto de tratar de desprestigiar a miembros del centro escolar».

Y sigue: «Una vez identificado el autor u autores que se sirven de otras personas induciendo directa o indirectamente a que se viertan falsedades de la índole y calado descritos, se anuncia la interposición de las acciones penales oportunas a los efectos de depurar responsabilidades por la comisión de un delito de calumnias e injurias graves».

La dirección del Arxiduc insta a quienes «amparándose en el anonimato y con mala fe, se identifiquen ante Educación y ante Inspección facilitando sus datos de filiación» e indicando «con claridad cuándo, cómo, dónde y a quién se ha producido en algún momento episodio discriminatorio de índole xenófobo y/o misógino en el centro por razón de sexo o procedencia». Instan a que «se aporte de modo inmediato la prueba que lo fundamente».

El comunicado enviado por la dirección asegura que ya han remitido un escrito a Educación «firmado por la mayoría del claustro» mostrando «su rechazo y desacuerdo» con las manifestaciones realizadas en redes sociales.

De este modo, el instituto no admite ninguna de las decenas de denuncias de machismo, sexismo y vejaciones publicadas por alumnos y exalumnos en la cuenta del Govern de Instagram después de que el Ejecutivo colgara un vídeo que loaba al Arxiduc como ejemplo de acompañamiento emocional al alumnado. En declaraciones a este diario, antiguos profesores refrendaron la base de estos comentarios y aseguraron que sí se da un trato humillante a los alumnos, además de existir presiones hacia los docentes que discrepan con la dirección.

La secretaria de dirección, Ángeles Fullana, movió un escrito entre algunos profesores en el que se solicitaba apoyo a la dirección para exigir al Govern la retirada del vídeo. El texto, en el que se pide a cada profesor que incluya su nombre y apellidos, despertó las críticas de parte de la plantilla.