Además de los llamamientos tanto desde el Consolat como desde la Conselleria de Salud a la población en general pidiendo limitar las reuniones sociales y familiares, la vida social y el ocio, el Govern trasladó también directamente ese mensaje a los profesores de las islas a los que indignó al pedirles «limitar su vida social» por la vuelta al ‘cole’ ante la segunda ola de la covid o al personal sanitario de Son Espases al que se le pidió que «evitara su participación siempre que sea posible en actividades que representen un riesgo de contagio».

En una carta remitida a los docentes una semana después del inicio de curso, representantes de Salud y Educación les agradecieron el esfuerzo hecho y les solicitaron «un plus de responsabilidad». Literalmente, les pidieron «hacer un esfuerzo para restringir las actividades sociales dentro y fuera del centro (meriendas, comidas, encuentros, etc.), puesto que se trata de actividades en las cuales se relajan las medidas preventivas (el uso de la mascarilla y la distancia de seguridad) y se pueden favorecer los contagios».

También el personal sanitario hace tiempo que recibe instrucciones en esta línea. Los trabajadores de Son Espases ya en agosto fueron emplazados por sus superiores a que “eviten siempre que se pueda su participación en actividades que representen riesgo de contagio, por la especial responsabilidad que se contrae como personal sanitario”.

Ambas peticiones fueron recibidas con indignación, especialmente por los sindicatos docentes, que recordaron que a diferencia del personal sanitario no son considerados personal esencial y que vieron «inaceptable» la petición después de haber solicitado ellos aplazar el inicio de curso.

Cierre de playas y parques

Las reuniones sociales y familiares y el ocio nocturno han sido señalados desde el inicio de la segunda ola como el origen de la mayor parte del contagio. De hecho, tal y como recordaba la presidenta Francina Armengol el martes en su discurso, Balears fue la primera comunidad en cerrar el ocio nocturno no permitiendo ya su reapertura en la desescalada. También se cerraron playas y parques de noche para evitar botellones y en los barrios que se confinaron con restricciones especiales como Son Gotleu o Arquitecte Bennàzar, la principal medida era el cierre de todos los bares y restaurantes a las 22 horas y la limitación de las reuniones sociales y familiares a un máximo de cinco personas, en vez de diez.

El martes la presidenta anunció la rebaja a seis personas de las reuniones en toda Mallorca.