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Opinión

Hola, Majestad, ¿dónde está tu padre?

Felipe VI se somete a una videoconferencia con José Hila a cambio de que la Reina Sofía pueda disfrutar de Marivent

El Rey intenta recuperar el protagonismo en Petra, su primera salida tras el exilio paterno. manu mielniezuk

Tener un padre comisionista de altos vuelos a destinos desconocidos es un duro trago, pero una cita por videoconferencia con José Hilacita por videoconferencia con José Hila equivale al martirio. Los cargos más enaltecidos están lastrados por servidumbres que consuelan a los plebeyos. Felipe VI se somete a una sesión anual con los grises alcaldes de Palma, a cambio de que la Reina Sofía pueda disfrutar de Marivent todo el año. Garantizar la residencia palaciega materna es el objetivo primordial de las vacaciones mallorquinas de la Familia Real Bis.

El reto de cualquier texto sobre el jefe de Estado plantea cuántas líneas se pueden escribir sobre Felipe VI sin mencionar a su padre. Cero, en este caso. Juan Carlos I ha dado la vuelta al mundo en una semana, se ha volatilizado en todos los aeropuertos planetarios. Las entrevistas del Rey con Francina Armengol, Cati Cladera o Vicenç Thomàs son tan apasionantes que a nadie le interesaban los asuntos locales que habían despachado. Sin embargo, los dirigentes políticos no tenían por qué ser más perspicaces como periodistas, de ahí que no supieran indagar sobre el destino del padre del anterior monarca.

Los protagonistas de la jornada de ayer, excepto Tummy Bestard, pertenecen a la generación entre los cuarenta y los sesenta años. La coetaneidad favorece el tuteo familiar. A buen seguro que todos los interlocutores mallorquines irrumpieron en La Almudaina al grito de:

-Hola, Majestad, ¿dónde está tu padre?

Fracasaron en su empeño. A nadie le importaba que Armengol pidiera dinero a Felipe VI, como si los cien millones de Arabia Saudí dieran para tanto. A estas alturas del misterio digno de la desaparición de Agatha Christie, se deberá concluir que tampoco Felipe VI conoce las coordenadas actuales de su padre, predecesor y designador.

El sexto encuentro Balears-España permite evaluar la depresión reivindicativa de Armengol, que hoy no se atrevería a reclamar ni la apertura al público de los jardines de Marivent. De cualquier modo, la cháchara intrascendente con los cargos provinciales es también una tradición juancarlista, por lo que Felipe VI no empezó a reinar en Mallorca hasta ayer por la tarde, con su traslado a Petra.

El viaje a una coqueta localidad de tres mil habitantes adquiría matices revolucionarios por diversos motivos. En principio, porque implica la primera salida a la calle de la Familia Real desde que el abuelo puso pies en polvorosa. Es decir, la componente esencial de la excursión era la recuperación del protagonismo por parte del Jefe de Estado, ensombrecido por su padre incluso desde el extranjero. En este capítulo, el pronunciamiento más optimista a favor de Felipe VI establece que su situación no ha empeorado en una semana.

El último baño de multitudes de Felipe VI en Mallorca coincidió con la gira autonómica del Corona Spanish Kings Tour. En la imagen desangelada de la Playa de Palma, los Reyes parecían absortos en un exilio interior, solos ante el mundo. En cambio, el Jefe de Estado dirigía el tráfico ayer por la tarde en Petra, como si hubiera recuperado sus funciones desde que desahució al inquilino de La Zarzuela.

Si la primera comparecencia de Felipe VI tras el conflicto paternofilial ya ofrecía toneladas de morbo, su decisión se transformaba en audacia al encaminarse al municipio natal de Fray Junípero Serra, hoy arrinconado en Estados Unidos por colonizador y esclavista. Para reconquistar España y sobre todo Mallorca, el Rey se atrevió a desafiar al coloso USA en un acto de carácter subversivo tras la muerte de George Floyd. Cabe recordar que San Francisco, fundada por el franciscano petrer, ha ordenado la supresión de cualquier rastro del mallorquín, aunque se encuentre en la excelente compañía de los censurados George Washington, Abraham Lincoln y Franklin Delano Roosevelt.

Para los antañones, la parte más dolorosa de la peregrinación a Petra radica en la ausencia de la antes citada Sofía de Grecia. La hija herida en Marivent ofrece una estampa menos dramática que la desaparición de la abuela. Respecto a los motivos de la baja, basta preguntarse si la Reina Madre se hubiera perdido el agasajo, antes de las revelaciones de Corinna confirmadas por la fiscalía suiza.

Sofía de Grecia se exhibió hace una semana por las calles de Palma, a sabiendas de que le aguardaba un encierro monástico con la llegada de su nuera. Sigue gobernando la todopoderosa ¡Hola!, que celebraba a portada completa la expulsión de Juan Carlos I, pero paga su exhibición de fuerza compartiendo el apagamiento de su marido.

En fin, la aglomeración de ayer en Petra desmiente que el coronavirus haya obligado a anular la recepción anual de los Reyes a las personalidades menos interesantes de Mallorca. La cancelación responde en realidad a una decisión higiénica, que permite depositar un rayo de esperanza en Felipe VI.

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