Uno de cada tres comercios tradicionales se puede ver obligado a cerrar permanentemente antes de que acabe el año si el nivel de ventas se mantiene como hasta ahora, con unas caídas respecto al pasado año que se cifran entre un 60% y un 70%, según se pone de relieve desde las patronales del sector en Mallorca, Afedeco y Pimeco, al tiempo que se añade que el recorte que las familias mallorquinas están haciendo en su nivel de gasto está resultando demoledor para muchos de estos negocios.

Los presidentes de estas organizaciones empresariales, Toni Gayà y Antoni Fuster, apuntan a que el deterioro en la demanda se produce en dos frentes. El primero es el escaso número de visitantes extranjeros, con el problema que eso supone cuando hay negocios que dependen de ellos casi en su totalidad, como son los que se encuentran en las zonas turísticas (lo que explica que muchos hayan optado por no abrir), mientras que para otros, como los que se encuentran en las zonas más comerciales como el centro de Palma, pueden llegar a suponer más de la mitad de las ventas durante estos meses. En este aspecto, lamentan las críticas que durante los últimos años se han vertido sobre los pasajeros de los cruceros, ahora inexistentes, que "vienen, gastan y se van, y todo sin apenas consumir recursos".

Pero además, ponen de relieve que las familias de Mallorca están aplicando un durísimo recorte en su nivel de gasto, confirmando así los datos aportados por la Fundación Impulsa y publicados el pasado día 20 por Diario de Mallorca. Eso hace que los ingresos del comercio tradicional estén sufriendo una fuerte caída que afecta a la totalidad del sector.

El problema, según apuntan algunos empresarios del ramo, es que el inicio de la campaña de rebajas está teniendo este año un impacto muy limitado en las ventas, al considerar que la bajada de los precios supone en estos momentos un factor poco relevante cuando la decisión del consumidor es la de no gastar.

Eso está haciendo que convivan dos estrategias muy diferentes. Hay establecimientos que están aplicando campañas de descuentos sobre descuentos, en un intento de hacer todavía más atractivo el precio final, como en el caso de algunas grandes superficies, mientras que otros están optando por no aumentar las reducciones iniciales alegando que el factor precio no está teniendo la influencia esperada a la hora de incentivar un mayor consumo.

En este segundo caso, según señala el portavoz de Afedeco, Pedro Mesquida, lo que se está aprovechando es que aunque este año la cifra de turistas es muy inferior a la de otros veranos, al menos los que están llegando presentan un mayor poder adquisitivo, sustentando buenas parte de las ventas en zonas como el centro de Palma.

Incertidumbre total

Un aspecto que agrava lo expuesto, según afirman Gayà y Fuster, es que la incertidumbre es total en estos momentos, y se apunta a que la previsión de que un tercio del pequeño comercio mallorquín puede verse abocado al cierre a finales de este año podría incluso incrementarse si el problema de los rebrotes se agrava y se necesita volver a restringir la movilidad de los ciudadanos, de la misma forma que podría reducirse si se produce un repunte en el turismo, aunque las perspectivas no son positivas.