"En 2019, el 70% de lo que vendí durante el primer día de las rebajas de verano me lo compraron los turistas. Este año no están. Ni disparándose el gasto de los españoles podrían compensar lo que hemos dejado de facturar con los extranjeros", subrayaba ayer unos de los comerciantes del centro de Palma. Incluso desde las grandes superficies se reconoció que lo que está sucediendo este año hace inviable cualquier comparación con ediciones anteriores, porque el problema no radica en la capacidad de gasto de cada cliente, sino simplemente en la ausencia de éstos. Eso explica que la opinión unánime, a la vista de la facturación obtenida, es que la jornada de ayer fue el peor primer día de rebajas de la historia de las islas.ayer fue el peor primer día de rebajas de la historia de las islas

El inicio de la jornada ya dio las primeras muestras de lo que iba a ser el resto del día. Las cada año menos numerosas concentraciones de personas ante las puertas de los grandes almacenes a la espera de su apertura se limitaron ayer a las de un día normal. Y los pequeños comerciantes se pasaban unos a otros fotos de sus respectivas calles prácticamente vacías a media mañana adjuntando mensajes descorazonadores respecto a que las ventas estaban siendo escasas o incluso nulas, junto a críticas al ayuntamiento de Palma por la poca ayuda recibida.

Y no es que la oferta no sea atractiva. Finalmente, el sector ha echado el resto aplicando directamente descuentos del 30% al 50%, con la excepción de aquellos productos que tienen un cierto nivel de venta asegurado, como puede ser el caso de los bañadores, donde la reducción en muchos casos no superó el 10%. A lo que se suma, según se puso de relieve desde una gran superficie, que debido a que las ventas han estado paralizadas durante varias semanas, hay disponibilidad de tallas para todos.

Las penas fueron más o menos intensas dependiendo del producto estrella de cada uno. La demanda de calzado, moda infantil y juvenil y deportes mostró unas cifras algo mejores, para hundirse en las de moda para adultos, especialmente en la masculina.

La clave, según insistieron los empresarios del sector, fue la falta de clientes, con el problema añadido en que en esta ocasión no se espera que los resultados mejoren sustancialmente durante el fin de semana ni con la entrada en julio, dado que la mayor parte de la planta hotelera sigue inactiva.

Como se ha indicado, para muchos comercios de Palma, especialmente en aquellos días en las que se registraba la presencia en el puerto de varios cruceros, y todas esa demanda fue prácticamente inexistente durante el día de ayer.

Débil consumo local

De este modo, el sector comercial depende en estos momentos del consumo local, que también esta fuertemente debilitado por la cantidad de familias que han visto recortados sus ingresos por estar afectado alguno de sus miembros por expedientes de regulación de empleo o por la ausencia de contratos temporales, a lo que se suma el temor a un rebrote y al agravamiento de la crisis económica. Es decir, según se apunta desde las patronales del sector, los residentes están apostando más por el ahorro y por limitar su gasto a los productos esenciales, como los de alimentación e higiene.

La única buena noticia para los comerciantes es que comienza a detectarse una menor inseguridad entre los consumidores a la hora de probarse ropa y mirar la oferta disponible. En este aspecto, desde las grandes superficies se señaló que "ahora estamos mejor de lo que estábamos hace una semana".

Eso no resta para que, según palabras del presidente de las patronal de comercio Afedeco, Toni Gayà, este inicio de rebajas haya sido "un auténtico desastre".

El grave problema por el que atraviesa el sector, según se ha venido señalando desde la citada organización empresarial y desde Pimeco, es que debido al estado de alarma y a la paralización de su actividad, las pequeñas tiendas necesitan obtener liquidez con urgencia para poder pagar a sus proveedores en octubre.