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Boulevard

Despídanse de los turistas españoles, no quieren volar

El relajamiento en torno a la pandemia ha alcanzado a Son Espases, con quejas de profesionales sobre las condiciones de aislamiento y una palabra preocupante, "biombos"

La casa de Adolfo Suárez está en venta por trece millones. O sea, que no se vende, porque lleva dos años así.

El CIS no solo miente. Su barómetro de esta semana contiene la encuesta más exhaustiva sobre el veraneo de nuestros vecinos españoles, a quienes hemos tenido que girarnos ante la deserción masiva de alemanes, británicos o incluso argelinos. Pues bien, solo uno de cada cuatro entrevistados por el Centro piensa "irse de vacaciones", primer batacazo para las pretensiones de Mallorca.

Por lo menos, nueve de cada diez españoles veranearán en España, pero este ámbito excluye a Mallorca. ¿Por qué? Porque el CIS también les pregunta cómo van a desplazarse a su destino vacacional. Ocho de cada diez se decantan por el "vehículo particular", solo uno de cada diez por el peligroso "avión". Ahora mismo, menos de dos millones de personas de esa nacionalidad se disponen a volar, y hay que competir con otros destinos. Por tanto, despídanse de ellos. En cuanto a los ilusos que los ven desembarcar del ferry, no tengo tiempo para tonterías.

Si nos centramos en el turismo de proximidad o interislas, les remito al WhatsApp que me remitió a principios de junio el mejor rastreador mallorquín de internet que conozco. "Teníamos pensado ir dos días a Ibiza y dos días a Formentera. Somos dos parejas, buscamos fechas a finales de junio. Teníamos la intención de viajar por las islas para ayudar al turismo nacional. Pues no vamos, porque la habitación más barata es 251 euros en Formentera y 180 en Ibiza". Es cierto que asoman las ofertas conforme avanza el mes, pero habrá que ser más audaz en los descuentos. No se puede tratar a los mallorquines como a jeques árabes.

El mandamás de la Organización Mundial de Turismo o como se diga, anuncia esta semana que el Davos turístico se celebrará en Madrid, con mucha menor actividad que Mallorca en dicho campo. Con la mallorquina Bel Oliver al frente de la secretaría de Estado, cualquier desprecio a su tierra es posible.

La casa de Adolfo Suárez en Son Vida está en venta por trece millones de euros. O sea, que no se vende, porque se cumplen exactamente dos años desde que se anunció su salida al mercado por ese precio. Cuesta imaginar que alguien disponga de trece millones y no se compre la mansión, pese a su diseño aletargado. Tal vez deberían especificar que no se refieren a Adolfo Suárez Illana.

El relajamiento social sobre la pandemia ha alcanzado a Son Espases, con quejas de profesionales sanitarios sobre las condiciones de aislamiento en planta y una palabra preocupante, "biombos". Cuidado con menospreciar al virus que de repente resurge esta semana en Mallorca en una embarazada asintomática, o recientemente en dos enfermos de UCI que no estaban ingresados por el contagio.

A propósito, el médico Ángel Ruiz-Valdepeñas destacado en Formentera tiene derecho al escepticismo o al negacionismo de la pandemia, que solo daña a su prestigio si no demuestra sus tesis. Karys Mullis, premio Nobel de Química por descubrir las hoy archifamosas pruebas PCR, negaba enfáticamente que el VIH causara el sida. ¿hay algún miembro de un comité ético mallorquín a suficiente altura para discutir con él? La ciencia se basa en los heterodoxos, no en los jerarcas del rebaño. Y ya que estamos, dónde se escondían los ahora escandalizados cuando la Universitat era un mercadillo de fármacos sin licencia.

Si necesitan una excelente noticia económica, Quely de la familia Domenech ha tenido que implantar turnos de 24 horas para abastecer la demanda de sus galletas durante el confinamiento. Y si me piden una segunda información próspera, me ponen en un aprieto.

Ha vuelto Nitos, con las croquetas que han conquistado a Felipe VI, no todo está perdido para la monarquía. Por contra, esta sección ahincada en pro de la exhibición de películas recrimina a los empresarios del sector su pereza/miedo, al no abrir las salas en cuanto lo permitió la dictadura de Madrid. En mi aplicada lectura diaria del Boletín Oficial de Balears, me abruma toparme con María Asunción Jacoba Pía de la Concha García-Mauriño, que en el mundo de la farándula se reduce a la consellera Mae de la Concha. Tiene que haber formas más sencillas de ser de Podemos.

Reflexión dominical soltera: "El mérito de los analistas conservadores que han de exaltar a la derecha sorteando a Pablo Casado".

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