Después de casi dos meses atadas al amarre, las embarcaciones privadas pudieron salir ayer a navegar. Y fueron muchos los propietarios de estas barcas los que decidieron salir al mar para comprobar si el motor o el casco había sufrido algún tipo de daño después de pasar tanto tiempo amarradas. Al mejorar el tiempo, aunque hiciera algo de viento, los barcos realizaron sus primeras travesías marítimas de la temporada. Eran recorridos cortos, ya que la orden de la fase 1 les permitía navegar, pero no atracar en otros puertos, aunque podían realizar trayectorias largas. Sin embargo, la mayoría de armadores que sacaron sus embarcaciones al mar optaron por realizar recorridos de poca distancia, más que nada para poner en marcha el motor después de tanto tiempo sin funcionar. Y aunque se permite navegar o hacer deporte en embarcaciones propias, lo que no se puede es alquilar embarcaciones. La conselleria de Movilidad envió un escrito a las empresas de este sector náutico, indicándoles la prohibición de alquilar embarcaciones de recreo, con y sin tripulación. Tampoco se puede hacer uso de las rampas para lanzar embarcaciones o motos náuticas de alquiler.
Por otra parte, ante el primer día en el que estaba autorizada la salida de las embarcaciones privadas, el grupo ecologista GOB lanzó un mensaje para reclamar responsabilidad a los navegantes. Les pide que muestren un compromiso fuerte en la conservación del mar, pero sobre todo implicarse en la protección de las praderas de posidonia. La organización pretende que los propietarios de estas embarcaciones cumplan las normativas y por tanto eviten el fondeo sobre comunidad biológica.
El GOB ha editado unas banderas, que se distribuirán de forma gratuita entre los navegantes, que quieran colgarla en su embarcación, para visualizar su compromiso con la conservación de la posidonia.
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