Cuando esta semana sonó el teléfono de la familia Llabrés Ferragut en su casa de Sencelles fue casi como si les hubiera tocado la lotería. Miquel Àngel y Antònia, de 49 años, y sus hijos Pere y Xisca, de 18 y 21, habían sido seleccionados para participar en el estudio de prevalencia con el que se estimará cuántas personas han desarrollado ya anticuerpos contra el coronavirus en toda España. La participación es voluntaria, pero ellos no se lo pensaron dos veces. "No dudamos ni un segundo, enseguida dijimos que sí. No todo el mundo tiene el placer de hacerse esta prueba y saber si ha pasado la enfermedad", explicaban ayer en el centro médico de Palmanyola, en Bunyola, donde estaban citados para tomarles las muestras. En Mallorca se ha seleccionado a casi 2.500 personas y en toda Balears a cerca de 5.000, escogidas para que la fotografía sea representativa y el mapa del virus, lo más fiel a la realidad.

El estudio ha sido diseñado por el ministerio de Sanidad y el Instituto de Salud Carlos III, el centro nacional de referencia en investigación biomédica y salud pública. Los Llabrés Ferragut fueron ayer por la tarde de los primeros en someterse a las pruebas. Los cuatro llegaron a Palmanyola con mascarillas y en dos coches diferentes para evitar riesgos de contagio. Lo primero, un cuestionario: ¿Ha presentado síntomas compatibles con el coronavirus? ¿Ha estado en contacto con personas que hayan tenido síntomas o dado positivo? ¿Ha viajado a zonas especialmente afectadas por el virus? Los cuatro responden con negativas a todas las cuestiones.

Uno tras otro, pasan a una sala donde los sanitarios los someten a tres pruebas diferentes. La primera es un test rápido que se lleva a cabo con una pequeña muestra de sangre tomada tras un pinchazo en un dedo. Revela si hay anticuerpos del coronavirus, pero no si la enfermedad se ha superado ya. Luego viene la PCR, que se efectúa pasando un bastoncillo por la garganta y permite saber si el virus está activo en el cuerpo en ese momento. "No es agradable, pero tampoco es dolorosa", contaba Miquel Àngel Llabrés tras completarla. Finalmente, se realiza una extracción de sangre, como la de cualquier análisis. Al examinarla en el laboratorio se sabe con mucha más precisión si la persona tiene ya inmunidad. Esta es la única que deben aceptar obligatoriamente las personas seleccionadas para participar en el estudio.

Los elegidos -2.500 en Mallorca, 5.000 en Balears y 90.000 en toda España- deberán someterse otras dos veces a las mismas pruebas cada tres semanas para realizar un seguimiento. El objetivo es "saber cómo está de inmunizada la población", explicó la subdirectora de Enfermería de Atención Primaria, Katya Molinas, quien reconoció que les está costando convencer a las personas seleccionadas para que participen, especialmente en Palma. "Es una lástima, porque los resultados son muy interesantes y darán una información muy valiosa para la desescalada", lamentaba Molinas.

Los Llabrés Feliu, que reconocían haber tenido algo de ansiedad durante el confinamiento, regresaron a su casa de Sencelles encantados. En las próximas horas sabrán si tienen o han tenido coronavirus.

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