"No le he dicho a mi madre que tiene el virus. Será una gripe, le tranquilizo. Para que no se asuste. Tiene casi 90 años y vive en una de las residencias intervenidas por el Govern por su elevado número de casos, pese a que la dirección del centro nos decía que estaba todo perfecto cuando ya había varios infectados". El hijo de una interna en Oasis, el geriátrico situado en Can Pastilla, se siente impotente debido a que no puede "hacer nada" por su progenitora. "Me ofrecí a cuidarla yo mismo, con mascarilla y todo lo demás, pero no me dejan entrar".

Ahora se encuentra algo más tranquilo con la actuación de la conselleria de Salud, pero el día que se enteró de que "bajaban a comer juntos los que se habían contagiado y los que no", se encaró a los responsables y les amenazó con denunciar lo que hacían ante la Guardia Civil. Su madre pudo contraer el coronavirus de este modo o en su propio dormitorio, que "compartía con otra señora que también estaba infectada". Tuvo que solicitar que la aislasen y la pusieron en una habitación a la que le llevan la comida, aunque sin la atención requerida.

"Esta mañana [por ayer] me ha dicho que ha pedido agua y no se la han llevado y que todavía tenía allí la cena de la noche anterior", relata con dolor el hijo por la falta de cuidados que está recibiendo quien le trajo al mundo. Critica que "el abandono de los abuelos y la falta de higiente en todos los sentidos ha provocado que haya 75 infectados de 106 residentes y más o menos el 75% del personal de baja" por el Covid-19, incluida la directora, tal como indicaron desde el propio centro.

La hija de otra usuaria de Oasis también denuncia las mentiras, ocultación de contagios y falta de medidas de protección e higiene. Con la intervención del Ib-Salut, confía en que la situación mejore, pero su madre ya tiene el virus porque la residencia no actuó. "Siempre que llamabas, decían que no nos preocupásemos, que estaba todo bien, que ella estaba sana. Y al preguntar si podía venir a casa, respondían que no, pese a que hubiese estado más cuidada y no se hubiera contagiado", tal como reprocha sobre el hecho de que su progenitora "compartía habitación con una persona que claramente tenía los síntomas del coronavirus y no le hicieron la prueba" hasta que no lo exigieron ellos.

La historia del caso anterior se repite al contar este segundo testimonio que "hubo que pedir que la cambiaran de habitación, que le llevaran sus pertenencias personales, que le dieran un baño después de más de medio mes sin asearla bien, que le dieran agua y que le retirasen la comida del día anterior, que se limita a puré para comer, puré para cenar y puré de nuevo", enumera desolada.

Quejas en Domus Vi

La conselleria de Salud también ha tenido que poner orden en la residencia Domus Vi (situada frente a la clínica PalmaPlanas) por la gran cantidad de positivos. El comité autonómico de seguimiento del virus comenzó a dar datos el pasado viernes, que ayer se actualizaron con dos nuevos usuarios fallecidos y otros 21 hospitalizados, pero hasta entonces los familiares de los residentes no recibían ningún tipo de información, tal como denuncian.

Uno de ellos reprocha que se les ha ocultado si sus allegados se encontraban infectados. Y como está prohibido visitarles, solo se pueden comunicar con ellos por teléfono, pero "o no funcionan o están colapsados, lo que genera una gran inquietud". Añade que "el único canal de comunicación con los familiares es a través de los cuidadores", aunque establecer contacto con estos trabajadores "es a veces imposible, debido a que no tienen capacidad para atender las numerosas llamadas que reciben", justifica. No es que critique a los trabajadores, sino "que no se facilite ningún método adecuado para poder informar del estado de los ancianos".

Lamenta por último que haya tenido que enterarse por la prensa de la situación de Domus Vi y otras residencias en las que se han registrado un elevado número de casos. "Hemos tenido que llamar nosotros al centro para confirmar esta información, y no al revés", concluye quien considera que lo mínimo que tendrían que haber hecho es avisar a las familias.

La mala gestión de Domus Vi fue advertida por primera vez a través de Comisiones Obreras y UGT, que denunciaron que ni el personal ni los residentes disponían de garantías para protegerse. Este hecho ha llevado a los trabajadores a sufrir "situaciones de alto riesgo", ya que han atendido a pacientes con sospechas de contagio sin disponer de prendas o material de seguridad. No en vano, buena parte de los positivos detectados tras las pertinentes pruebas de Salud eran empleados de la residencia privada.