El pequeño comercio habla de un inicio de rebajas "malo"inicio de rebajas "malo". Los grandes lo define como "bueno" aunque admiten que se trata de una campaña que ha quedado "diluida" por el Black Friday, las ofertas previas e internet. Sea como sea, todos coinciden en que desde la liberalización, esta iniciativa comercial para que las tiendas vacíen sus stocks "ya no es lo que era". Pero hay un elemento insistentemente apuntado por los representantes del sector tradicional: el miedo ante la caída de las ventas que tradicionalmente se registra en febrero y marzo, hasta el inicio de la campaña turística con la Semana Santa, y la debilidad de las reservas financieras con las que se llega a esta "travesía por el desierto".

Las rebajas de este año mantienen el perfil de los ejercicios anteriores, con descuentos que se mueven mayoritariamente en torno al 30% cuando se trata del producto de la temporada que se cierra y que alcanzan el 50% e incluso lo superan en prendas 'reclamo' o las sobrantes de años anteriores.

La valoración de la jornada de ayer mostró apreciables discrepancias dependiendo del tamaño del establecimiento. Para las grandes superficies, el primer día con descuentos generalizados fue "bueno", ayudado por el hecho de que ayer todavía no habían comenzado las clases en los centros educativos, lo que ayudó a que las familias pudieran ir de compras.

Para las pequeñas tiendas, la balanza se decantó hacia el otro lado y fue un "mal día, con muy poca gente en la calle", según coincidieron los presidentes de las patronales Afedeco y Pimeco, Toni Gayá y Antoni Fuster respectivamente. Hay que tener en cuenta que muchos de los clientes que ayer entraron en las tiendas buscaban devolver o cambiar los regalos de Reyes, y no hacer nuevas compras.

Sin embargo, hay algunos puntos en el que coinciden grandes y pequeños: las jornadas clave para valorar este inicio de rebajas serán el próximo viernes y sábado, al ser los días de la semana con mayor volumen de ventas. Y todos admiten igualmente que estas campañas se han visto "diluidas" por los cambios que se han dado en los hábitos de los clientes. Muy atrás han quedado las aglomeraciones a la espera de que se abran las puertas de algunos grandes establecimientos.

El miedo al "desierto"

El problema para muchos pequeños negocios es que, tras un 2019 negativo, estas rebajas suponen el último intento para mejorar sus reservas financieras con las que pasar "la travesía por el desierto" que suponen los meses de febrero y marzo, hasta el inicio de la Semana Santa.

Las expectativas no son buenas, y existe el temor a que algunas tiendas de Palma, o de adelantar las próximas rebajas estivales para mejorar sus ingresos.

Black Friday e internet

Las rebajas han perdido buena parte de su atractivo de la mano de los cambios en los hábitos de los consumidores que se han registrado durante los últimos años, algunos provocados por las estrategias de venta implantadas desde el propio sector, según se lamenta desde las patronales del comercio tradicional y se apunta también desde las grandes superficies.

El primer aspecto que se señala es que la liberalización aprobada por el Gobierno del PP en 2012 ha hecho que se estén aplicando ofertas durante prácticamente todo el año, o que muchas pequeñas tiendas hayan instalado sus carteles de rebajas desde el 27 de diciembre, el 2 de enero o incluso antes, en un intento de jugar con ventaja frente a las grandes firmas del sector, que tradicionalmente esperan al 7 de enero.

Pero hay una fecha que se apunta como clave: la correspondiente a la celebración del Black Friday. La implantación de ese día en el calendario comercial español, con la aplicación de descuentos que se acercan mucho a los que desde ayer están en vigor, ha dado un vuelco a la forma de comprar, pasando como un rodillo sobre el Puente de la Constitución, fecha en la que antes empezaban las compras navideñas, y que ahora se avanzan a finales de noviembre. Con la diferencia de que las ventas del citado 'viernes negro' y los días próximos llegan con menor margen de beneficio.

Pero además, lo que se ha comprado durante el Black Friday con descuento no vuelve a adquirirse en enero, y la disponibilidad económica de las familias es en esta última fecha menor al haber avanzado los gastos.

Hay un tercer elemento que es clave: las crecientes ventas por internet. Además de las ofertas que las grandes plataformas realizan periódicamente, incluso las grandes empresas que han esperado al día 7 para aplicar sus descuentos ofrecieron durante el 6 la posibilidad de obtenerlos con adelanto si los pedidos se hacían por la vía telemática. En este terreno, el pequeño comercio admite que juega en desventaja al no disponer de una oferta tan potente a través de sus webs.

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