El Govern balear admite el problema que representa en estos momentos la proliferación de casas apuestas en las islas y el probable aumento de adicciones. Por este motivo, los responsables del área que controla esta actividad en Balears se están planteando aprobar una moratoria que supondría mayores restricciones de cara a la apertura de nuevos salones de juego. Fuentes de la conselleria de Transición Enrgética y Sectores Productivos afirmaron ayer que a día de hoy están obligados a aprobar todas las autorizaciones que se presentan, siempre que la empresa cumpla con los requisitos que se exigen.

Se ha comprobado que algunos de estos negocios permiten la entrada libre de menores. Debido a que muchos de estos locales cuentan con terraza, se aprovechan de esta instalación para permitir la entrada de estos niños. Una vez dentro ya no se puede controlar si, además de estar en la terraza, también realizan alguna apuesta.

Solo dos inspectores

Mientras se estudian medidas de mayor calado para medir los efectos de esta expansión del negocio del juego, el Govern ya ha adoptado unas medidas inmediatas. De momento, prohíbe que los menores puedan estar en las terrazas de estos negocios. Si se incumple la orden, el empresario se arriesga a una cuantiosa multa. La Policía tiene la orden de realizar controles habituales en estos negocios abiertos al público. El Govern solo dispone de dos inspectores que también se encargan de controlar si hay menores.

Sin embargo, en lo que no tiene ninguna competencia el Govern balear es en el negocio del juego online. Se trata de un sector que debería ser regulado por el Estado, pero el hecho de que todavía no se haya formado el Gobierno está retrasando este control.

La mayoría de empresas que controlan este sector de apuestas informáticas, que mueve decenas de millones de euros todos los años, ni siquiera son españolas. La mayoría son extranjeras, pero se aprovechan de las lagunas legislativas para ir extendiendo su negocio. Se ha comprobado que los menores utilizan este medio informático para tener sus primeras experiencias en el mundo de las apuestas. No existe ningún método efectivo con el que se pueda controlar la edad real del apostante.

Pero lo que sí puede controlar el Govern es que no se permita la entrada a según que tipo de personas a estos salones de juego. Son muchos los jugadores que son conscientes de que no pueden controlar su adicción y se apuntan a una lista para autoprohibirse la entrada en estas salas.

En estos momentos, el Govern maneja un listado con más de 650 personas con este grave problema. Este registro se facilita a cada uno de estos salones. Mientras que hasta hace poco no era necesario que el jugador tuviera que identificarse a la hora de entrar en estas casas de apuestas, ahora sí tiene que hacerlo. Ello facilita a la empresa comprobar si el nombre del cliente figura o no en el registro de jugadores que se autoprohiben la entrada. Si la identidad del jugador aparece en este listado, estas empresas están obligadas a prohibir su entrada. Si no lo hacen se juegan una sanción.

Herederos de los bingos

Estas casas de apuestas, que se reparten por todas las barriadas de Palma, están conquistando la parte del negocio que antes tenían los bingos. De hecho, en los últimos años han cerrado muchos de estos negocios por falta de clientes. También preocupa la facilidad con la que los niños tienen acceso al juego en las máquinas tragaperrasmáquinas tragaperras.

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