El lunes 25 de agosto de 2008, el entonces Rey recibe en Marivent a José Bono, recién elevado a tercera autoridad del Estado como presidente del Congreso de la segunda legislatura de Zapatero. El monarca le transmite que "el Gobierno tiene, por primera vez, una complicación grave con las comunidades autónomas. Fíjate en el presidente de Balears". El titular del Govern en aquellas fechas era Francesc Antich, en la segunda experiencia del Pacto de Progreso. La cita textual figura en el tercer tomo de los diarios del político castellano manchego, Se levanta la sesión.

El Rey le precisó a Bono que le hablaba de un president "que es de los vuestros", para entrar a continuación en el meollo de la censura a Antich, porque "está haciendo una política lingüística resbaladiza". El uso literal de esta última palabra sería discutible para los expertos en la prosa de Juan Carlos I, que sustentó sus tesis con un caso práctico. "El otro día fui a tirar al plato a casa de un amigo en Mallorca y le pregunté a su hijo cuántas horas de castellano tiene en la escuela y me quedé de piedra cuando me dijo que no eran más de tres a la semana".

En la última etapa de su reinado, el Rey desvió su afición central de la vela a la caza. En una extensa finca del Llevant mallorquín, perfeccionó el manejo de un rifle de precisión y alcance asombrosos que le regaló el monarca saudí.

Bono se suma entusiasta a las tesis de su interlocutor sobre los peligros del catalán. "Coincido plenamente con el Rey: para algunos gobernantes es moderno y progresista desplazar al castellano". Incorpora a su tesis unos recortes de prensa críticos.

El encuentro entre los números uno y tres del Estado, con la atmósfera distendida que propicia Marivent, evolucionó pronto a cuestiones de alta política sexual. Bono insinúa una reforma de la Constitución que iguale la sucesión al trono de varones y mujeres. Juan Carlos I le replica que "la modificación constitucional me da miedo, mejor que cambiar la Constitución es que el príncipe no tenga más hijos; ya sabes, marcha atrás". Felipe y Letizia compartían vacaciones mallorquinas con los Reyes en su reducto de Son Vent en el complejo de Marivent.

La postura de Juan Carlos I sobre el catalán se radicalizó en el ocaso de su reinado. En un instituto menorquín se enfureció al descubrir una placa en honor de Joan Carles I, y obligó a cambiarla. Aunque el Rey y Bono evitan citar a Antich por su nombre, el monarca lo conocía perfectamente desde su primer encuentro en Son Sant Joan en el verano de 1999, cuando le preguntó cómo iba la tramitación en Eivissa de un campo de golf de unos amigos del monarca.