"La riada de hace un año, evidentemente, fue un golpe muy duro. Estos días con la gota fría la gente estaba inquieta. Es natural, es un recurso de autodefensa. En general, creo que el pueblo lo ha superado y la gente se ha recuperado. Hay más tranquilidad en Sant Llorenç". Jaume Mercant, rector de Son Carrió, Sant Llorenç y Son Servera, tiene muy presente la catástrofe natural del pasado 9 de octubre de 2018. "La riada ha servido para unir más al pueblo, para tener más conciencia de pueblo. Ha unido a las familias y a Sant Llorenç. Esto mitigó las consecuencias. En el pueblo hay una gran red familiar, hay mucha cohesión social y esto ha ayudado", apunta Mercant. "Ahora, que se va a cumplir un año, percibo que la gente quiere pasar página. Destaco, ante todo, la memoria a las víctimas, la fortaleza, solidaridad y gratitud a todos los que ayudaron".