La repatriación de los turistas británicos afectados por la quiebra de Thomas Cook le costará al Gobierno de Boris Johnson más de la mitad de lo que le hubiera supuesto el rescate de la compañía turística, cifrado en 227 millones de euros. Hoteleros españoles, entre los que se encontraban empresarios mallorquines, trasladaron al Gobierno Británico la oferta de cambiar deuda por acciones pero fue rechazada por el primer ministro, quien se negó de plano a hacer de avalista de la operación con recursos públicos.

El ministro británico de Transporte, Grant Shapps, ha afirmado este miércoles que el coste de la operación para repatriar a los 150.000 británicos afectados por la quiebra del turoperador Thomas Cook será aproximadamente de 100 millones de libras (unos 112 millones de euros). Thomas Cook tenía previsto sellar esta semana un paquete de rescate con el conglomerado chino Fosun, estimado en 900 millones de libras (1.023 millones de euros), pero las negociaciones fracasaron al no poder reunir los 200 millones de libras (227 millones de euros) que le exigían los bancos para garantizar su supervivencia.

En una comparecencia en el Parlamento británico, Shapps estimó que el monto sería en torno al doble de lo que costó repatriar, en 2017, a los afectados por la quiebra de la aerolínea británica Monarch, fijado en 50 millones de libras (casi 56 millones de euros).

"El coste final de la repatriación para Monarch fue de aproximadamente 50 millones de libras, incluidas las contribuciones de Atol (el fondo de garantía británico). Ahora sabemos que los esfuerzos de repatriación para Thomas Cook son aproximadamente del doble y son más complicados", señaló.

Ante las críticas de la oposición sobre que el Gobierno decidió no rescatar al grupo Thomas Cook, Shapps afirmó que habría sido una pérdida de dinero y que al Ejecutivo le preocupaba que, de todos modos, hubiera tenido que pagar el regreso de los turistas varados en todo el mundo.

Destacó que el objetivo, una vez finalice la repatriación de los afectados previsiblemente el 6 de octubre, es analizar cómo se pueden liquidar las aerolíneas de una manera más ordenada.

"Necesitan poder cuidar a sus clientes y nosotros debemos asegurarnos de que sus aviones puedan seguir volando para que no tengamos que establecer una aerolínea en la sombra", dijo en alusión al hecho de que es la Autoridad de Aviación Civil del país (CAA) la que está gestionando el regreso de pasajeros.

Las autoridades han anunciado que Thomas Cook lanzará un servicio para gestionar reembolsos antes del 30 de septiembre, de modo que se pueden acoger los cerca de 600.000 personas afectadas por las compras y reservas efectuadas con el touroperador británico, uno de los mayores del mundo.

El responsable de Transporte informó además de que la ministra de Empresas, Andrea Leadsom, ha escrito al regulador financiero instándole a llevar a cabo una investigación "urgente" sobre las causas del colapso de esta compañía con 178 años de historia.

Añadió que el objetivo de las pesquisas es averiguar también si alguno de sus responsables "falló en su labor de administración de la empresa".

Las declaraciones de Shapps se producen la misma jornada en que se ha conocido que Thomas Cook -cuyas 26 filiales británicas también se han declarado en suspensión de pagos- contaba con reservadas de efectivo para subsistir hasta el próximo 4 de octubre.

Desde el lunes, unas 30.000 personas han podido volver a casa desde sus destinos vacacionales y se espera que a lo largo del miércoles regresen otras 16.500 en 70 vuelos, según informó CAA.