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Así caza la cámara del helicóptero de la DGT a los infractores en Mallorca

Tiene su base en Son Sant Joan, vigila a diario autovías y carreteras secundarias y puede captar una infracción a 300 metros de altura y a un kilómetro de distancia del coche

Un automóvil circula por la Vía de Cintura de Palma a velocidad correcta, pero el conductor no lleva puesto el cinturón de seguridad reglamentario. Un agente de tráfico que estuviera vigilando la autovía tendría muy difícil captar la infracción y a la vez identificar la matrícula del coche, entre tanto tráfico. Pero no el helicóptero de la DGT equipado con el sistema de vigilancia Pegasus que ha operado este verano en Mallorca. Llega donde no lo hace el ojo humano para prevenir accidentes y multar a los infractores.

Desde el aire, su cámara giro-estabilizada detecta la infracción con rapidez, hace zoom sobre la luna delantera del vehículo, graba y fotografía la escena y registra la matrícula para que la multa pueda tramitarse con agilidad.

De este modo, el helicóptero de la Dirección General de Tráfico ha captado un total de 124 infracciones durante verano en Mallorca, de las cuales 83 (66,9%) han sido por exceso de velocidad. La cifra supone un descenso respecto a 2018, cuando se captaron un total de 251 infracciones de cuales 149 (59,3%) fueron por velocidad.

El primer helicoptero equipado el sistema de radar y grabación Pegasus se puso en funcionamiento en marzo de 2013. En Mallorca realiza labores de vigilancia durante el verano desde 2018. Opera desde la base militar de Son Sant Joan, desde donde realiza vuelos diarios en vigilancias de mañana y tarde, con un elevado radio de acción que facilita una amplia cobertura de la red de carreteras insulares, tanto autopistas como carreteras secundarias.

Está equipado con dos cámaras: una panorámica que facilita el seguimiento y captación de los excesos de velocidad, y otra de detalle, que tiene un objetivo que permite leer la matrícula del vehículo. Su radar puede detectar velocidades de hasta 360 kilómetros por hora auque este volando a 300 metros de altura y a una distancia del coche de un kilómetro.

De esta forma ha captado este verano en Mallorca casi sin descubrir su presencia conductores hablando por el móvil al volante; excesos de velocidad de entre 163 y 192 kilómetros por hora; automóviles que en las curvas de una carretera secundaria ocupaban el carril contrario como si se encontrasen en un circuito de velocidad; otros que no hacían las paradas reglamentarias en cruces e intersecciones señalizadas e incluso a acompañantes acomodados en el asiento con los pies sobre el salpicadero, actitud que también se sanciona, además de adelantamientos a motocicletas y bicicletas que no respetan la destancia de seguridad.

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