El empresario de la noche Bartolomé Cursach, investigado por presunta corrupción y otros delitos, ha recurrido ante la Audiencia de Palma su condena, de nueve mil euros de multa, por llamar tres veces subnormal a Manuel Penalva, el juez que instruyó durante años su causa y que ordenó su ingreso en prisión.

Cursach negó en la vista oral haber insultado al magistrado, que por entonces ya estaba apartado de la instrucción y que no estaba delante cuando sucedieron los hechos.

Según declaró probado la magistrada Francesca Ramis, el empresario acudió con uno de sus abogados al juzgado de Penalva para depositar su pasaporte, visita que efectuó pocas horas después de salir de la cárcel bajo fianza. En ese momento injurió al magistrado, que denunció los hechos.

Penalva había concedido horas antes una entrevista en una emisora de radio, donde denunció la indefensión y el rosario de ataques que estaban sufriendo los testigos protegidos del caso Cursach.

Una palabra más fuerte

Cursach, defendido por Enrique Molina, negó en la vista oral haber hablado del juez y haberle insultado. "Si hubiese querido insultarle habría empleado una palabra más fuerte", dijo el acusado.

Se trató de la segunda sentencia en contra de Cursach, que ya fue condenado por la Audiencia de Palma a ocho meses de cárcel por la tenencia ilícita de una carabina con balas. Esta sentencia está recurrida en casación ante el Tribunal Supremo. El juez Penalva aseguró en la vista oral que se sintió muy ofendido y humillado por las palabras del empresario.