La organización ONCE aumentó el año pasado sus ingresos en Balears, superando el volumen de venta de cupones en más de un cinco por ciento. Con más ingresos también se pudo dedicar más dinero a las personas discapacitadas y aumentar el número de trabajadores que fueron contratados por la organización.

José Vilaseca, delegado territorial de la ONCE en Baleares, como María del Carmen Soler Lliteras, presidenta del Consejo Territorial presentaron esta mañana el informe que recoge las cifras económicas del año pasado, así como los programas a los que se dedicó estos ingresos. Ambos responsables de la organización destacaron las cifras conseguidas gracias, en parte, a que en Baleares las ventas de juego mejoraron en un 5,42 %, al igual que el reparto de premios económicos.

El principal objetivo de la organización, según destacaron los responsables, es invertir los beneficios económicos en las ayudas a personas que padecen una discapacidad para ayudarlas a la inserción social. El mejor método para ello sigue siendo la creació de empleo.

En estos momentos el grupo social, a nivel nacional, cuenta con más de 19.000 trabajadores, la mayoría de ellos vendedores de cupones. En Baleares se dispone de una plantilla de más de 750 personas, casi todos discapacitados y el año pasado se contrataron un total de 28 nuevos vendedores.

Según se recoge en el informe económico, el pasado año el grupo social cerró el ejercicio con unos ingresos que superan los 3.000 millones de euros de ingresos, todos ellos procedentes de la venta de productos de juego. Solo en Baleares se recaudaron 58 millones en la venta de cupones y se repartieron 35 millones en premios, según destacó el delegado territorial, José Vilaseca.

De cada cupón vendido, el 53,7% se destina a premios, un 22,5% en salarios, un 13,4% a gastos de gestión del juego y un 10,4% a acción social directa para personas ciegas o con otra discapacidad.

Los responsables de la organización en Balears, destacaron que el año pasado en las islas 56 personas perdieron la vista. A estas personas se les proporcionó una atención personalizada, con el objetivo de que cada vez consigan una mayor autonomía con el apoyo del personal técnico que les asesora. Aunque también hay algún niño la mayoría de las personas que pierden la vista suelen ser mayores de 60 años, según señalaron los responsables de la organización.

En cuanto a los programas de empleo, los datos demuestran que la ONCE es el cuarto empleador del país y el primero en todo el mundo que ofrece un trabajo a personas que padecen una discapacidad. Gracias a los aumentos de los ingresos y con la aportación del Fondo Social Europeo, la fundación ONCE aumentó su inversión en servicios destinados a personas con discapacidad, invirtiendo 104 millones en estos proyectos. Solo en Baleares estas ayudas se entregaron a 20 organizaciones o entidades relacionadas con ayuda a la discapacidad.