Dos tipis, un bus vintage Estos 16 alojamientos se encuentran en una misma finca de Sant Joan (Ibiza) y se ofrecen como alojamiento turístico en Airbnb [vea aquí las imágenes. Todos ellos se encuentran en un espacio que, según explica su "anfitriona" (terminología empleada por la plataforma) funciona como "retiro" para aficionados al yoga.

Muchos de estos alojamientos están reservados buena parte de la temporada, como se puede comprobar a través del portal lo que supone que sus gestores obtienen, en verano, pingües beneficios: más de 1.500 euros al día. Una cantidad a la que hay que añadir los innumerables extras que, según la propia anfitriona, se cobra a los clientes por algunos servicios. Ninguno de los alojamientos, ni siquiera la casa principal de la finca, muestra en la página un número de licencia turística. Lo que sí se explica en las descripciones de prácticamente todos ellos es que se encuentran a apenas 150 metros de la playa de Benirràs, a la que se llega caminando por un camino de la misma finca.

Llegar pasadas las once de la noche supone un desembolso de 25 euros, un ventilador o un calentador para combatir el río o el calor son otros 10 euros al día, quienes se hospedan en los alojamientos del jardín pueden utilizar la cocina de la casa principal siempre que abonen tres euros al día (eso sí, sólo podrán usarla en las horas en las que no se esté preparando en ella la comida para los participantes en las actividades de yoga), para tener la llave de algunos de los lugares para dormir hay que pagar otros 10 euros, poner una lavadora son 5 euros...

Varias de las estancias incluyen el desayuno, según la plataforma, mientras que quien se hospede en otras debe pagarlo aparte si quiere disfrutar de él. Quien escoja la hamaca -"perfecta para quien sólo requiera una solución para dormir o quiera vivir una experiencia exterior"-, que puede costar hasta 23 euros la noche (20 por el alojamiento y 3 por gastos de gestión) en pleno agosto, y quiera, además, desayuno y una comida tendrá que añadir otros 15 euros a su presupuesto.

La mayoría de los alojamientos alcanzan sus tarifas máximas entre mediados de agosto y el segundo fin de semana de septiembre. Así, una tienda de campaña (la página muestra una, pero en las fotografías de la plataforma se pueden ver hasta tres, una al lado de la otra) en la que cada uno se tiene que hacer la cama con las sábanas que te dan puede costar 22 euros por noche. Alojarse en lo que ellos llaman "meditation hub" y que la plataforma define como "choza" son 82 euros a los que hay que sumar los costes por limpieza y servicio.

Sin llave y con agujeros

Los inquilinos de las tiendas y la choza de meditación tienen que compartir el baño con el resto de personas que pernocten en los demás espacios ubicados en el jardín. Entre ellos destaca el "autobús vintage Y eso a pesar de que nadie tiene la llave del vehículo y no se puede cerrar, por lo que dejar algo dentro no es muy seguro. También usan el baño exterior los habitantes de los dos tipis que, según las fotos, están montados al lado de las tiendas de campaña. Alojarse en uno de ellos este fin de semana sale a 220 euros la noche mientras que el otro, un poco más pequeño y con las telas agujereadas -"no las hemos reparado aunque no tiene buen aspecto porque permiten que entre el aire"-, alcanza los 123 euros a mediados de agosto.

Otro de los alojamientos ubicados en el jardín de la finca es el que han bautizado como "the cube" (toda la comunicación es en inglés). La página, en castellano, lo define como "granero". Se trata, según se ve en las imágenes, de una antigua caseta de herramientas en la que la ventana carece de cristal y en la que los inquilinos tienen que tener cuidado de no desenchufar nada ya que si lo hacen podrían dejar sin luz el interior de los dos tipis. La noche en el cubo-granero-cobertizo sale a 110 euros en temporada, más los gastos de servicio y limpieza.

Además de estos singulares alojamientos, en la finca se ofrece una habitación en lo que llaman la 'Bauhaus Villa' (hasta 100 euros) y las de las dos construcciones principales: tres en "The casita" y cinco en Villa Roca. La primera se puede reservar completa (sólo está libre ya a partir de septiembre) a 307 euros la noche o por habitaciones. Dos de ellas (con un precio medio cada una de entre 28 y 70 euros por noche) están ya reservadas para toda la temporada y para la otra habitación sólo quedaba libre la noche pasada a 48 euros.

En Villa Roca la anfitriona ofrece hasta cinco habitaciones dobles cuyos precios oscilan entre entre 70 y 110 euros la noche durante el verano. Apenas quedan fechas libres. En las número 2, 4 y 5 no es posible reservar una noche hasta octubre. La 3 sólo tiene libres los días 6, 7 y 8 de septiembre y la 1 aún deja reservar esta semana y una entera del mes de agosto a 110 euros la noche (la estancia mínima es de dos), más 5 euros por la limpieza y 35 en concepto de gastos de servicio.

"Traiga una antorcha", el consejo de la anfitriona

Las descripciones de los alojamientos son realmente exhaustivas. En el caso de las tiendas de campaña detallan que los inquilinos son quienes deben hacerse la cama, mientras que a quienes se queden a pasar la noche en el autobús les indican que en el jardín disponen de limones para el té y que el espacio es muy caluroso en verano y frío en invierno. De la misma manera, comentan que sólo hay dos camas y que para el tercer durmiente, si lo hay, se colocará un colchón hinchable. Los que duerman en los tipis deben saber que escucharán al resto de clientes entrando y saliendo de la finca, incluso de noche, y que "la gente habla durante la velada cuando se sientan a mirar las estrellas" y que algunos, incluso, "es posible que toquen la guitarra". En caso de que llueva, la propiedad explica a los clientes del tipi grande que les cambiará a otro alojamiento.

Aunque en las descripciones aparece el wifi entre los servicios de los que disponen, a los que se quedan en los alojamientos del jardín les advierten de que sólo podrán conectarse si se acercan a las construcciones principales, ya que la señal no llega mucho más allá de los muros de la casa. A todos ellos les detallan que el cuarto de baño y la ducha compartida se encuentran a entre un minuto y 20 segundos y dos minutos de los alojamientos. Además, les explica que no deben tirar el papel al váter, ya que se atascaría la fosa séptica.

"Si no te gusta compartir, no reserves", advierte la anfitriona a quienes estén planteándose alojarse en alguna de las tres habitaciones que se ofrecen en la 'Casita', ya que tendrán que convivir y compartir la cocina y el bañó con quienes se hospeden en las otras dos habitaciones. Si este último está ocupado, les recomienda acudir al baño que comparten los alojamientos exteriores. De hecho, les indica que ésta también es una buena opción para darse una ducha rápida al volver de la playa.

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