Sin huellas, sin cámaras de seguridad, sin casquillos o pistolas, sin documentos internos o "cantadas" de otros terroristas, la Audiencia Nacional carece de pistas de los asesinatos de los dos jóvenes guardias civiles Diego Salvà y Carlos Sáenz de Tejada, cometidos por ETA el 30 de julio del 2009 en Palmanova (Calvià). La causa sigue abierta en un juzgado central de instrucción y los crímenes no prescribirán hasta dentro de otros diez años.

Las familias de los dos jóvenes asesinados mantienen periódicos contactos con fuentes de la Audiencia Nacional, pero siempre se topan con el "no hay novedad".

En esta década se ha desarticulado algunos comandos y se han localizado archivos de la banda terrorista. También Francia ha entregado a las autoridades españolas armas y otras piezas de convicción que están siendo analizadas para compararlas con atentados pendientes de esclarecer.

En el caso de los crímenes de Mallorca, no ha aparecido ninguna pista que permita identificar a los autores.

Bomba lapa

El agente Sáenz de Tejada García, natural de Burgos y de la promoción 113, llevaba un año destinado en Mallorca. Por su parte, Salvà Lezaun, natural de Pamplona, residía en Mallorca desde hacía años y acababa de llegar al cuartel para hacer prácticas. La víctima era hijo del doctor Antonio Salvà.

Ambos se encontraban en el interior de un Nissan Patrol cuando se produjo una fuerte explosión alrededor las 13.50 horas. El vehículo llevaba aparcado desde las 10 de la mañana en el mismo lugar, frente a un edificio que servía de sede a la Policía Local, Correos y la Oficina de Denuncias de la Guardia Civil.

El estallido se produjo diez minutos antes de que el coche fuera utilizado por el turno de las 14.00 horas. Según testigos presenciales, la explosión fue "fuerte" y provocó daños en los edificios cercanos, donde en los momentos posteriores al atentado reinaba una gran confusión entre los residentes y turistas.

La Guardia Civil acordonó la zona y concentró a los curiosos y a los periodistas junto a su antiguo cuartel de Palmanova, donde horas después fue localizada una segunda bomba lapa adosada a otro coche patrulla. Este artefacto fue fotografiado, pero tuvo que ser explosionado por los artificieros.

La terrorista de las bombas

Oficialmente se ignora si los asesinos de Salvà y Sáenz de Tejara pertenecían al mismo comando que, días después, sembró bombas en el centro de Palma y la zona litoral del Portitxol. Entre los terroristas que pusieron estas bombas, que solo causaron daños materiales, se supone que se hallaba una mujer, dado que varios artefactos explotaron en baños femeninos , entre ellos uno de las galerías de la plaza Mayor.

Las pesquisas realizadas hasta ahora no han permitido identificar a los componentes del comando, ni tampoco descubrir dónde se alojaron en la isla.

Una de las pistas seguidas fue tratar de averiguar si los asesinos habían contado con el apoyo de elementos locales, simpatizantes de su causa. Pero allí tampoco hubo luz.

El ministerio del Interior difundió el 31 de julio por los medios las fotos de unos miembros de ETA sospechosos de ser los autores de un atentado anterior en Burgos y de los asesinatos de Mallorca.

Sin embargo, nunca más se supo de las posibles vinculaciones de esos terroristas con las bombas lapa de Calvià.

El Gobierno instó en 2010 una reforma en el Código Penal para que los asesinatos a manos de terroristas no prescribieran nunca. El cambio no afectó a los casos ocurridos con antelación a la entrada en vigor.

Esclarecer los delitos

Desde las asociaciones de víctimas del terrorismo y desde otras instancias se han efectuado llamamientos a ETA para que colabore en el esclarecimiento de las decenas de muertes atribuidas a ellos y cuyos autores no han podido ser identificados.

Las víctimas sostienen que no se podrá hablar del fin de la organización terrorista hasta que se haya hecho Justicia.

La fiscalía y la Audiencia Nacional revisan los casos pendientes y trabajan para que prescriban los menos posibles.

Misa en la Seu en recuerdo de los dos fallecidos

La familia Salvà Lezaun quiere recordar a su ser querido Diego y al compañero de éste Carlos Sáenz de Tejada con una misa en la Seu de Palma el próximo 30 de julio, a las 20 horas.

Los actos en recuerdo de los dos jóvenes guardias civiles se han sucedido a lo largo de la última década, tanto en Mallorca como en otros puntos de España.

El ayuntamiento de Calvià llegó a colocar una enorme bandera de España en una de las rotondas de Palmanova en homenaje a los dos agentes asesinados.

Salvà y Sáenz de Tejada fueron las últimas víctimas mortales de la banda terrorista en España. En 2010 los pistoleros de ETA asesinaron al brigada de la Policía francesa Jean Serge Nerin. ETA reivindicó los crímenes de Calvià.

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