Una mujer, su marido y sus tres hijos menores se encuentran en la calle, sin casa, después de haber sido víctimas de una estafa inmobiliaria. Un individuo, al que han denunciado, les ofreció alquilar un piso en el Paseo Marítimo, le pagaron una fianza en la firma del contrato, pero al final se descubrió que la casa no era suya.

Los hechos ocurrieron hace dos semanas. Amanda Navarro y su familia residían hasta entonces en un piso compartido en la localidad de Son Servera. Se fijó en un anuncio que vio publicado en internet, donde se ofrecía alquilar un piso en el Paseo Marítimo de Palma, por un precio de 450 euros al mes. En el anuncio se añadía el nombre de la persona que arrendaba el piso, así como su número de teléfono de contacto.

Aunque inicialmente la mujer sospechó que podría tratarse de una estafa, por cuanto el precio del alquiler era especialmente bajo, se puso en contacto con la persona que había publicado el anuncio. Al mismo tiempo, a través de una amistad de su marido se buscó información sobre esta persona, que reside en Sóller, y todos los datos que le llegaban apuntaban que era solvente. "Me dijeron que era una persona de fiar, cuando después se descubrió que era un estafador".

Antes de llegar a un acuerdo, Amanda y su marido se reunieron varias veces con el arrendador. Incluso fueron a visitarle a Sóller, donde llegaron a comer juntos. Este individuo les habló de las características del piso e incluso les facilitó un documento en el que se especificaban los datos registrales de la vivienda. Sin embargo, nunca les mostró el interior del piso, convenciéndoles de que no podía hacerlo porque todavía seguían residiendo los otros inquilinos y que no podrían entrar hasta que no se fueran.

Fianza de 450 euros

La mujer explicó que le advirtió al casero que si alquilaba esta vivienda tendría que abandonar el piso compartido en el que estaba viviendo, ya que la propietaria tenía otras personas a las que quería arrendar la habitación. Amanda asegura que el arrendador le aseguró que no era ningún estafador. La mujer firmó un contrato de alquiler, facilitado por el arrendador, donde se especifican las características de la casa y se firmó por un periodo de diez años. A la firma le entregó un mes adelantado, en concepto de fianza, de 450 euros. El día que tenían que entrar en el piso, abandonando la casa de Son Servera, se presentaron por la mañana en el Paseo Marítimo. El presunto estafador no acudió a la cita. "Me llamó por teléfono y me dijo que los inquilinos no se habían ido y que no podía entrar". La mujer empezó a sospechar que la habían engañado. "Llamé varias veces y no me contestó". Decidió denunciarle, pero en comisaría le aconsejaron que volviera a llamar al que le había engañado para intentar recuperar la fianza. Al final el hombre contestó al teléfono y reconoció que "el piso no existía, que lo sentía, pero que le urgía el dinero".