El empresario de la noche Bartolomé Cursach ha pedido al juez Miquel Florit que se pronuncie ya sobre la pieza principal del caso que se instruye contra él, y otras decenas de investigados, por una presunta trama de corrupción. La pieza principal, al igual que otras abiertas en la macrocausa, lleva meses parada, una situación que ha exasperado al principal sospechoso.

La solicitud de Cursach ha sido presentada por su abogado Enrique Molina. En el escrito se reclama al instructor que tome una decisión sobre el futuro de la causa, medida que podría ser el sobreseimiento, el inicio de los trámites para la celebración del juicio oral (procesamiento) o la práctica de nuevas diligencias.

Fuentes próximas al caso han señalado que la instrucción, que se inició hace varios años, ya está prácticamente concluida.

En la investigación de esta causa han participado tres magistrados: Carmen González, Manuel Penalva, que fue apartado hace unos meses del caso por pérdida de la apariencia de imparcialidad, y Miquel Florit.

Este último se ha volcado en los últimos meses en una de las piezas separadas, abierta el pasado verano y que versaba sobre un presunto delito de revelación de secretos por parte de agentes del Grupo de Blanqueo de capitales, la unidad que ha investigado a Cursach. En esa pieza se investigan, desde hace unos días, un rosario de graves delitos que se atribuyen a cuatro exagentes de Blanqueo de Capitales, al anterior juez instructor (Manuel Penalva) y al fiscal Miguel Ángel Subirán, que acaba de ser apartado del caso.

La pieza principal del caso Cursach consta de decenas de volúmenes y miles de folios de documentos, así como vídeos y otras pruebas.

Los investigadores que conocían al dedillo toda la causa eran Manuel Penalva y Miguel Ángel Subirán, ambos apartados del caso. Florit, que sigue llevando su juzgado, tendrá que empaparse bien sobre la macrocausa antes de tomar una decisión.

Los nuevos fiscales son Concepción Sabadell y Tomás Herranz, que llevan apenas unos días en el caso, y Juan Carrau, que como delegado de la fiscalía anticorrupción sí sabe del núcleo del asunto.

La sombra de la nulidad

La solicitud de Molina ha coincidido con una primera petición de nulidad de toda la causa, cursada por Bartolomé Sbert, exnúmero dos del Grupo Cursach. Dicha nulidad está basada en la supuesta contaminación de la instrucción por los presuntos delitos que la Policía Judicial atribuye a Penalva y Subirán en la pieza separada por revelación de secretos. La situación procesal de Penalva y Subirán es muy insólita, dado que no están imputados formalmente, pero la Policía Judicial les atribuye una decena de graves delitos.

En esta pieza separada están personados, como acusación, Cursach y Sbert. También una asociación de policías locales, entre los que se hallan algunos investigados en el caso Cursach, ha pedido ser acusación contra el juez y el fiscal.

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