La convivencia entre personas y animales dentro de una comunidad de vecinos no siempre es fácil. Ruidos, olores y suciedad son el origen de las quejas más recurrentes que tienen que escuchar los propietarios de mascotas. ¿Cómo encauzar esta conflictividad?

El Colegio de Veterinarios de Balears (COVIB) y el Colegio de Administradores de Fincas organizaron ayer una jornada informativa para tratar de responder a este y otros interrogantes. "Hemos tratado de concienciar sobre la tenencia de animales con responsabilidad. Hay diversas causas que pueden provocar molestias, como por ejemplo un ruido excesivo ocasionado por los ladridos de un perro. Vecinos y administradores de fincas deben saber que muchos de estos casos pueden solucionarse en la consulta de un veterinario con un tratamiento para el animal", indicó ayer al término de la sesión Pau Bonet, presidente del Colegio de Administradores de Fincas.

"Quien tiene un animal es responsable de los daños y molestias que ocasione, eso está claro en todas las normativas", apuntó Ramón García, presidente del COVIB. "En todo caso, no siempre hablamos de propietarios irresponsables. A veces no son conscientes de que su mascota tiene un problema de comportamiento y molesta a los demás. Yo recomiendo que acudan a un veterinario especialista para corregir esos malos comportamientos", indicó García.

Durante la jornada se puso de manifiesto que este tipo de conflictividad llega pocas veces a un juzgado. "Un administrador siempre va a intentar poner paz, pero la gente tiene que tener ganas de entenderse", manifestó Bonet.

También intervinieron en la jornada el etólogo Tomás Camps, el abogado Sebastià Romaguera y el director del Centre Municipal de Son Reus, Pedro Morell, que aportó un dato llamativo: cada año llegan al centro entre 2.400 y 2.500 gatos, buena parte de ellos pertenecientes a colonias de felinos urbanas que, si no están controladas, pueden llegar a ser foco de suciedad e infecciones.