Cada temporada turística los problemas, e incluso desvíos de aviones, por culpa de pasajeros ebrios causa quebraderos de cabeza a autoridades, aerolíneas y el resto de los viajeros que sufren los excesos de los que no saben controlarse con el alcohol. Problema que se agrava en los destinos turísticos, como Magaluf o Platja de Palma, en Mallorca, y en Ibiza. Para abordar esta problemática se reunirán expertos europeos el 13 de febrero en la isla, por iniciativa de la conselleria de Innovación, Investigación y Turismo.

En un espacio aún por definir, aunque queda descartado el Palacio de Congresos. La cumbre internacional la organiza la Conselleria con el subdirector del Centro Baleras Europa (CBE), Antoni Vicens, a la cabeza. El programa todavía se está perfilando. A la isla llegaran invitados y participantes del Reino Unido, además de otros expertos europeos y también participarán alcaldes mallorquines, aún por confirmar de qué municipios.

Esta iniciativa no se verá afectada por el recorte presupuestario en promoción turística, que se ha saldado con 2,7 millones de euros retirados de la Agencia de Estrategia Turística de les Illes Balears (Aetib), tras salir adelante una enmienda apoyada por el PP y Podemos, para desviarlos a proyectos de vivienda social. Así lo confirman desde el departamento que dirige la vicepresidenta Bel Busquets: se contaba con una partida reservada al congreso, aunque no se detalla cuál es es el presupuesto con el que cuenta.

Turoperadores y aerolíneas

Antoni Vicens adelantaba este verano su propuesta en Bruselas al lobby antialcohol. European Alcohol Policy Alliance, para reunir a turoperadores, aerolíneas y representantes de aeropuertos contra el grave problema que se enfrenta referente a la seguridad aérea por la venta indiscriminada de bebidas alcohólicas que se salda a veces con el desvío de aviones. Se trata de un asunto complicado para su legislación porque tanto para los aeropuertos, a través de los duty free, como para las aerolíneas, con sus ventas a bordo, es un gran negocio. Y lo mismo ocurre en tierra, en las principales zonas turísticas, donde las fiestas y rutas con el reclamo de venta de alcohol son parte inherente de las vacaciones sobre todo de los más jóvenes.

El Ejecutivo balear se ha mostrado de limitar el consumo de bebidas alcohólicas en aeropuertos y aviones, noticia que tuvo gran repercusión en el Reino Unido. Ryanair -una de las más afectada por los desórdenes a bordo de sus aviones, junto con Easyjet-, ha llegado a pedir que se restrinja la cantidad y los horarios de venta de alcohol en los aeropuertos para evitar incidentes con pasajeros ebrios. La propuesta de la compañía que dirige Michael O'Leary se concretó a que se prohibieran las ventas antes de las diez de la mañana y que se se sirvieran dos bebidas máximas por pasajero.

También Ryanair ha sido el foco de las críticas por sacar partido del turismo de borrachera en sus aviones hasta el punto de que se llegaba a priorizar las ventas de alcohol en los vuelos internacionales con destino al Mediterráneo entre los grupos de despedidas de solteros. Por su parte, los tripulantes de cabina de la aerolínea irlandesa llegaron a denunciar presiones con las ventas a bordo para alcanzar objetivos comerciales. No obstante, "desde el verano se ha rebajado" esta presión, aseguran desde USO, sindicato que la madrugada de este miércoles alcanzó, junto con Sitcpla, un acuerdo para mejorar la condiciones de los trabajadores españoles en la compañía de O'Leary, desconvocándose así la huelga prevista. En la actualidad, si se detectan pasajeros ebrios, "se retira la venta de alcohol", además de avisar al capitán del avión y a las autoridades si fuera necesario.