El Govern balear ha reactivado su pulso contra el consumo desmedido de alcohol en vuelos y aeropuertos. El director del Centro Balears Europa (CBE), Antoni Vicens, propondrá hoy en Bruselas al lobby antialcohol más importante del continente la celebración de una cumbre en Palma que reúna a touroperadores, aerolíneas y directores de aeropuertos después del verano.

"El problema es cada vez más grande y engloba a lo que podríamos denominar como turismo incívico. La intención es organizar un evento en Palma con diversos actores internacionales para ver cómo podemos actuar de forma mancomunada contra una práctica que supone un grave riesgo para la seguridad aérea", explicó ayer Vicens.

El responsable del CBE mantendrá esta mañana un encuentro con Mariann Skar, secretaria general de la 'European Alcohol Policy Alliance', una poderosa asociación con presencia en toda Europa dedicada a luchar contra el alcoholismo. La reunión debería ser un punto de inflexión en el pulso que el Govern inició el pasado verano contra los 'vuelos alcohólicos' y que ahora cobra un nuevo impulso.

El Ejecutivo balear apuesta por limitar -no prohibir- el consumo de bebidas alcohólicas en aeropuertos y aviones. "Hay que ser realistas, es muy complicado que se apruebe una prohibición total. Pedimos restringir el consumo antes de la llegada a los aeropuertos de destino, que es donde nosotros tenemos el problema. No podemos permitir que accedan a los aviones con destino a Balears pasajeros borrachos o que se emborrachen durante el mismo vuelo", argumentó Vicens.

Europa parece dispuesta a legislar para prevenir un problema que compromete seriamente la seguridad de los vuelos y que las aerolíneas están intentando atajar cada una por su cuenta.

"El 7 de junio celebramos un congreso al que acudieron representantes de aeropuertos y de compañías como Ryanair en el que cada cual expuso sus quejas. Por ejemplo, para una aerolínea supone un coste brutal tener que desviar un vuelo porque un pasajero está borracho. Nosotros también sufrimos un grave perjuicio porque somos el último eslabón del problema, los que recibimos al pasajero en estado etílico y nos tenemos que hacer cargo de él", valoró Vicens.

A la cita de junio también acudieron representantes del Parlamento británico que hablaron de una ley de 2003 que regulaba el consumo de alcohol en todos los ámbitos del Reino Unido salvo en los aeropuertos. Esa excepción no es casual. "La venta de alcohol es un gran negocio para los aeropuertos", indicó el responsable del CBE. Bares, restaurantes y tiendas 'Duty Free' son a día de hoy el principal obstáculo para legislar.

Balears sufre el problema particularmente en verano y en vuelos procedentes de Gran Bretaña a Palma e Ibiza, donde el turismo de borrachera empieza la fiesta en el mismo aeropuerto de salida consumiento grandes cantidades de alcohol.

El Govern espera asimismo que el reciente nombramiento de Bel Oliver como secretaria de Estado de Turismo facilite una nueva vía de entendimiento con la Moncloa para ir de la mano en una problemática que también sufren aeropuertos andaluces como el de Málaga.