Tras siete años al frente de la Policía Nacional de Balears, el comisario Antonio Jarabo se despidió ayer como un caballero. En una multitudinaria comida celebrada ayer en un restaurante de s'Arenal, recordó que esta etapa, gratificante en el plano profesional, había tenido un coste muy alto en el ámbito personal, ya que su familia ha permanecido en Canarias, y hace meses que había solicitado volver. El comisario se volvió hacia la delegada del Gobierno con una sonrisa: "Convenciste a mi director general para que me devolviera de nuevo a casa, por lo que te estaré eternamente agradecido".

Entre los comensales que rindieron homenaje al comisario se encontraban representantes de la política, la judicatura, las Fuerzas de Seguridad y el Ejército.