La salida de la crisis está dejando atrás a los más débiles y se está sustentando en el aumento de las desigualdades, según ha denunciado el obispo Sebastià Taltavull durante la presentación de la memoria de Cáritas Mallorca de 2017, que en esta ocasión hace referencia no solo a la necesidad de combatir la pobreza sino también de cuidar el planeta.

De este modo, el mensaje del obispo de Mallorca hizo referencia tanto a la necesidad de afrontar las causas estructurales que favorecen esas desigualdades (que calificó de "raiz de los males sociales"), con una renuncia a la especulación para resolver el problema de los pobres, como de modificar comportamientos que deterioran el medio ambiente. "El que ama al planeta es porque ama a las personas", afirmó. Y en este sentido, recordó el documento elaborado en los años 90 por la Iglesia de las islas junto a empresarios y Administraciones sobre Ecología y Turismo.

Pero además de reivindicar una economía que deje de limitarse a buscar el beneficio para apostar más por la solidaridad, hizo un llamamiento al cambio de comportamiento de las familias, para que "dejen de gastar cantidades escandalosas" en la celebración de bodas, bautizos o primeras comuniones, y para que "esa austeridad se convierta en solidaridad", destinando parte del dinero ahorrado a causas sociales. En este aspecto, destacó el gesto de un grupo de niños de la isla que han renunciado a los regalos de primera comunión a cambio de donaciones para Càritas.

Por lo que respecta a la memoria de esta organización en Mallorca, expuesta por su directora y su administradora general, Margalida Riutort y Sebastiana Santmartí respectivamente, se ha destacado que el número de personas atendidas durante 2017 ascendió a 6.995, todas ellas en situación de desigualdad o riesgo de exclusión social.

Gasto de 3,2 millones de euros

El gasto realizado por Càritas Mallorca durante el pasado año para el desarrollo de sus programas alcanzó los 3,2 millones de euros, con un descenso del 4% respecto al ejercicio anterior, aunque esta reducción se explicó por la creación de una empresa de reinserción social, que asume una parte del trabajo que antes hacía esta organización, y por una mayor derivación de usuarios hacia programas desarrollados por las Administraciones de las islas, para poder acceder así a una ayuda más estable en el tiempo.

Como ejemplo, Margalida Riutort apuntó un descenso en el presupuesto de las ayudas para la vivienda precisamente por la citada derivación, pero advirtió de que el problema de muchas familias para acceder a una o para mantener la que tienen sigue siendo importantísimo en Mallorca.

La directora de Càritas Mallorca respaldó las palabras del obispo y lamentó que aunque se comienza a detectar una mejora económica, sigue habiendo muchas personas cuya situación sigue siendo peor que antes de la crisis, y denunció la precariedad laboral que afecta a muchas familias y a trabajadores que "firmarían por llegar a mileuristas".

Respecto a las personas atendidas, el 60% fueron mujeres , y el colectivo mayoritario fue el de la franja de edad de 30 a 45 años.

Un 42,9% de ellas eran españolas, mientras que un 31% fueron originarias de Africa y del Oriente Medio, seguidas de un 20,7% de Latinoamérica y del Caribe. Entre los extranjeros, la nacionalidad más numerosa fue la marroquí.

Respecto al ámbito de intervención, en un 45,7% de los casos se buscó cubrir necesidades básicas como la comida, la ropa o el calzado, y en un 33,9% se ayudó en materia de empleo. También se destacaron las actuaciones vinculadas a la educación y a la ya mencionada vivienda.