La última en caer ha sido la fábrica de vidrio artístico Lafiore, pero la extrema debilidad que muestran muchas de las pequeñas empresas manufactureras que existen en Mallorca hace prever al propio sector que la lista de defunciones se va a ir ampliando durante los próximos meses. Por eso, la asociación que agrupa a estas firmas, la Fundación Impulsa y el Govern han puesto en marcha el diseño de un nuevo plan de choque con el que se busca frenar la elevada mortandad que padece esta actividad, tras años de pasividad por parte de la Administración autonómica, según se lamenta.

Que muchas de las empresas industriales mallorquinas no están atravesando por sus mejores momentos es algo que reconocen asociaciones empresariales y sindicatos del sector, que de forma extraoficial ponen sobre la mesa el nombre de algunas firmas que se encuentran a punto de entrar en la UCI. El presidente de la Asociación de Productores de Balears, Biel Huguet, desde la que se pretende potenciar la marca balear, reconoce que el producto que estas empresas desarrollan no siempre es el más adecuado para impulsar su demanda en el mercado europeo, que es el que tiene mayor capacidad para absorber una producción de calidad y con mayor precio, de ahí la necesidad de reorientar sus estrategias. Sin embargo, lamenta también que los diferentes Ejecutivos autonómicos de las últimas legislaturas hayan puesto tan poco interés en salvaguardar a las pequeñas industrial del archipiélago.

La crítica alcanza al actual Govern, pese a admitir igualmente que ahora parece querer darse un golpe de timón. En este aspecto, recuerda que la asociación que preside nació con una treintena de empresas isleñas con el objetivo de impulsar la marca Producto Balear en colaboración con el Govern, pero no oculta que los dos últimos años se han perdido y presentan un balance desastroso en esta materia por la falta de actuaciones desarrolladas por el citado Ejecutivo, más allá de la reciente elaboración de un plan de reindustrialización que "llega con 20 años de retraso".

Según Huguet, la llegada del nuevo director general de Política Industrial, Manuel Porras, está aportando un mayor dinamismo a este departamento, pero pone en valor muy especialmente dos reuniones que el propio Huguet ha tenido durante las últimas semanas.

Una de ellas ha sido con el director de la Fundación Impulsa y catedrático de Economía Aplicada de la Universitat, Antoni Riera, que ha aceptado diseñar un plan de choque para fortalecer a las pequeñas empresas industriales de Balears. La segunda reunión ha sido con la propia presidenta Francina Armengol, de la que se ha obtenido el compromiso de dar respaldo a ésta iniciativa. Según señala Huguet, este nuevo plan se presentará durante las próximas semanas.

Innovar y comunicar

Los ejes sobre las que se va a sustentar esta iniciativa son básicamente dos: innovar y comunicar. Como primera medida, se quiere hacer una auditoría del sector para elaborar la foto del momento en el que se encuentra actualmente.

Pero a partir de ahí, los pasos son los dos señalados. Para empezar, desde la asociación que representa a este sector se reconoce que el producto que se elabora no siempre es el más adecuado para impulsar sus ventas, al estar diseñado en muchos casos como recuerdo para turistas y no como elemento de calidad que puede ser exportando (se apunta que basta visitar algunas páginas web de empresas mallorquinas para apreciar este desfase).

Por ello, en materia de innovación se buscará, con el respaldo de la conselleria de Trabajo, la contratación de ingenieros industriales y gráficos que ayuden a las empresas a dar un giro al diseño de la producción, con el fin de adaptarla a las necesidades del principal mercado capaz de absorber una elaboración de calidad y mayor precio, como es el europeo.

Huguet hace especial hincapié en que este paso en materia de innovación no es suficiente si no va acompañado de una política de comunicación. En este caso, se apuesta por la difusión de la imagen de la producción isleña a través de redes sociales como Instagram o Facebook, de forma que pueda ser difundida por todos los mercados a los que se quiere llegar. Pero también se considera fundamental llevar a las empresas isleñas y al producto que ofrecen hasta unas pocas ferias internacionales especializadas en hábitat y agroalimentación, que se caractericen por su prestigio en sus respectivos sectores, para lo que también se reclama la ayuda del Govern.

A ello añade un elemento que considera clave: por el aeropuerto de Palma pasan cada año 14 millones de visitantes, de los que un pequeño porcentaje son especialistas en sectores como la vivienda o la alimentación, pero que en conjunto suman a miles de profesionales. Por ello, lo que se quiere es que Son Sant Joan (al igual que las instalaciones de Maó o de Eivissa) disponga de imagenes de los productos isleños, en lugar de unas playas que son sobradamente conocidas por los visitantes.

Según lamenta Huguet, si este plan se hubiera puesto en marcha hace dos años, quizás Lafiore seguiría abierta. El objetivo es evitar casos similares a partir de ahora.