Tres testigos de nacionalidad rumana confirmaron ayer la coartada del acusado de agredir a un testigo protegido del caso Cursach. Se trata de tres hombres que comparten vivienda en Palma con el acusado. Uno de ellos es su hermano. Aseguraron ayer que la noche de los hechos, ocurridos a final del pasado mes de

La fiscalía Anticorrupción ha cuestionado desde el principio la declaración de estos testigos e incluso ha aportado un informe policial que cuestiona que todos ellos residan en el mismo domicilio. Sin embargo, los tres rumanos, aportados al juicio por el abogado José Ignacio Herrero, se mantuvieron firmes en su declaración y dijeron que estaban seguros de que aquella noche el acusado Florian se acostó antes de medianoche y no volvió a salir de casa.

Esta declaración de los testigos contradice la declaración del denunciante, que el pasado martes identificó sin ningún tipo de duda al acusado como la persona que, junto a otro hombre no identificado, la abordó al llegar a su casa, le propinó varios golpes y le amenazó para que no declarara contra otro individuo de nacionalidad rumana que le estuvo también coaccionando porque había declarado en la investigación del caso Cursach. Este segundo extranjero ya fue condenado en su momento y en estos momentos continúa en prisión.

Para demostrar que los testigos mienten, la fiscalía cuenta con un informe policial sobre la localización de sus teléfonos móviles el día de los hechos. A ninguno de ellos se le sitúa cerca del domicilio donde residen.

Durante la sesión de ayer del juicio se escuchó también el testimonio de los policías que han participado en la investigación. Ninguno de ellos cuestiona que la víctima sufrió una agresión y explicaron que en la zona donde ocurrieron los hechos el acceso es relativamente sencillo. Detallaron que el garaje es oscuro y tiene muchos espacios donde es fácil esconderse. Los policías que participan en la investigación confirmaron que fue el propio testigo el que identificó al acusado a través de una fotografía publicada en una red social. Hicieron hincapié en las numerosas amenazas que ha sufrido este testigo y relacionan esta situación por su decisión de colaborar en la investigación del caso Cursach.