Los almendros de Mallorca han empezado a florecer, empezando un proceso que, según la variedad, se prolonga hasta marzo y pinta los campos de la isla de tonos blancos y rosáceos. Pero el espectáculo de la floración, durante tantos años postal e imagen turística de la isla, así como motivo de inspiración de pintores y escritores, especialmente de los autores de la Escola Mallorquina, está también claro retroceso.

Mallorca ha perdido el 74% de los cultivos de almendros en los últimos diez años, pasando de 57.289 hectáreas cultivadas a 15.528. Los motivos principales son su escasa rentabilidad, la sequía y las plagas, entre ellas el hongo de la madera y en los últimos tres años la xylella fastidiosa.

Pero todavía hay muchas zonas para contemplar el espectáculo de la floración. En la carretera de Manacor, en las proximidades de las cuestas de Xorrigo, entre Can Gafet y s'Hostal des Pla, las panorámicas son especialmente interesantes. También en algunas fincas de la carreta de Valldemossa, en el Secar de la Real y Son Espanyol; en los alrededores de Calvià Vila; en algunos puntos del trayecto del Tren de Sóller, y en Palma entre Bellver y sa Taulera, en la finca de Son Puigdorfila Sud y sus alrededores.

En Mallorca los campos de almendros son más abundantes en las localidades en el sur y suroeste de la isla, con algo menos de intensidad se cultivan en el Pla y el Raiguer y mas puntualmente puden contemplarse en la Serra de Tramuntana. Pero la floración del árbol siempre es un buen motivo para salir del excursión y seguir sus rutas en cada una de las zonas descritas.