Los alimentos desbordan el cubo de la basura de los hogares y los contenedores cercanos a los supermercados y restaurantes. El desperdicio de comida en Mallorca es de calibre grueso, aunque el Govern nunca lo ha cuantificado. El ministerio de Agricultura ofrece una pista al cifra el despilfarro de comida en los hogares españoles en 1.325,9 millones de kilos al año. Una regla de tres teniendo en cuenta la población de Mallorca da como resultado 27,7 kilos de alimentos que cada ciudadano de la isla tira al cubo cada año. O lo que es lo mismo, 23,8 millones de kilos en toda la isla.

En proporción, los hogares derrochan más comida que los hoteles, restaurantes y supermercados, la mayoría de los cuales suelen tener planes para minimizar en los posible el desperdicio de alimentos. La OCU asegura que el desperdicio de las casas es el 42% del total y reclama a los consumidores afinar en la lista de la compra y esquivar en lo posible las ofertas 3x2.

El Govern no ha mostrado nunca demasiado interés por estas cuestiones, pero parece que las cosas van a cambiar. El Ejecutivo presentará mañana el anteproyecto de ley de Residuos y Suelo contaminado, una normativa que cuenta con un artículo específico sobre el desperdicio alimentario y que nace con la idea de que sirva de hoja de ruta para que empresas y ciudadanos minimicen al máximo el derroche de comida.

"Queremos promover un pacto social para reducir el desperdicio, pero no por la vía impositiva. Un acuerdo entre todos los implicados del que saldría un código de buenas prácticas que deberían cumplir todos los actores de la cadena alimentaria: agricultores, comercio y hogares", valoró Sebastià Sansó, director general de Educación Ambiental, Calidad Ambiental y Residuos.

"Es un problema transversal. Primero necesitamos un diagnóstico: cuánto se desperdicia. Después, establecer mecanismos de eficiencia para reducir los excedentes de comida y concienciar a los consumidores. No queremos que sea algo puntual; en un año o año y medio todo el trabajo que hagamos quedará plasmado en un decreto del Govern", anticipó Sansó.

Mallorca cuenta con una extensa red asistencial que atiende todos los días a cientos de familias con rentas mínimas que les obligan a elegir entre pagar la luz o ir al supermercado. "Es mentira que haya una recuperación económica. No hay pobres; hay trabajadores pobres", lamentó Joan Martorell, vicepresidente de Mallorca Sense Fam.

Las propias entidades reconocen la dificultad de atajar el desperdicio de alimentos. Kilos de comida cocinada de hoteles y restaurantes acaban todos los días en el contenedor, pero nadie se atreve a repartirlo por miedo a que se rompa la cadena de frío y provocar alguna intoxicación. Hay mucho trabajo por hacer.

Comidas elaboradas que más se tiran en los hogares

Las lentejas se sitúan en lo más alto del podio de las comidas preparadas que más se tiran. Le siguen las ensaladas y la tortilla de patata.