La comunidad que sufre una de las sanidades peor financiadas del Estado es la segunda que más pacientes atiende en sus hospitales. Balears trató en sus centros hospitalarios durante el año 2015 a 11.475 personas por cada 100.000 habitantes, una carga de trabajo sanitario solo superada por la que afrontan en Aragón y muy por encima de la media española (10.228 pacientes por cada 100.000 habitantes).

Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística desnudan las carencias de una red sanitaria pública balear condicionada por décadas de baja financiación, que llevan a Balears a ser una de las comunidades más endeudadas y con servicios públicos de peor calidad, pese a ser la región que más impuestos por habitante entrega al Estado y el sistema de reparto autonómico. Con lo que mientras las islas financian la sanidad de comunidades que aportan casi la mitad por habitante (caso de Extremadura o Andalucía), la red sanitaria balear se ve obligada a recurrir sistemáticamente a los hospitales privados para atender a su población. De hecho, según los datos publicados ayer, los centros sanitarios privados de Balears tuvieron que asumir el 39,5% de la carga de trabajo, mientras la red pública llegaba al 60,5% de los pacientes. Solo en Cataluña la dependencia de la atención privada es mayor: allí el 52% de la atención médica la asumen centros privados. La situación inversa se vive en las comunidades mejor tratadas por el sistema de reparto de los recursos autonómicos: en Extremadura o Castilla-La Mancha más del 90% de la actividad asistencial está en manos de la sanidad pública (frente al citado 60% de soporte público balear).

No es solo cosa de los turistas

La carga de trabajo de los hospitales públicos y privados de las islas es tal que los centros sanitarios de las islas atienden casi un 50% más de pacientes que los de comunidades como Andalucía y Canarias, dos regiones que, como Balears, se ven obligadas a dar servicio tanto a sus residentes como a los millones de turistas que las visitan cada año. La presión asistencial explica así en gran medida los retrasos que sufren los pacientes de las islas antes de ser recibidos por el especialista o pasar por el quirófano: según datos del IB-Salut, al cierre del mes de septiembre, 60.749 ciudadanos estaban pendientes de cita con el especialista y otras 13.152 personas de las islas aguardaban para ser operadas, con la perspectiva de llegar al quirófano 83,9 días de media después de que su médico les pusiese en lista.

Todo en un contexto en el que la presión asistencial no deja de crecer. Como sucedió de hecho en 2015, cuando aumentó un 0,6% el número de ingresos hospitalarios, que además fueron un 0,8% más prolongados. Según los datos del INE, el número de altas en los hospitales del Estado ha pasado en los últimos cuatro años de 4.633.086 a 4.746.651, un aumento de carga de trabajo para los profesionales sanitarios del 2,5%, que coincide con recortes de plantillas y salarios en la mayor parte de las autonomías.

Para afrontar esta situación, que generaba un déficit de casi 200 millones al año en las cuentas del sistema sanitario balear, el Govern del Pacto ha elevado el presupuesto de los servicios de salud hasta los 1.465 millones de euros, casi 200 más que los 1.268 millones que dedicó en su último año el anterior Ejecutivo (presidido por Bauzá, del PP, entre 2011 y 2015).